En el marco de las recientes elecciones presidenciales de primera vuelta, la Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Cristina Moyano Barahona, reflexionó en su columna de portal Bío-Bío, sobre la fuerza del neoconservadurismo y las distintas categorías sociales que se relacionan.
Sobre esto, la Dra. Moyano, indicó: “Los conceptos políticos son depositarios de experiencias históricas y permiten construir horizontes de expectativas. El actual escenario electoral nos ha vuelto sobre categorías que algunos habían dado por superadas y nos ha regresado viejos estereotipos que creíamos ya no tenían una carga simbólica tan relevante”.
“Nuevos relatos societales se están construyendo para ordenar la realidad y disputar su nominación, que es a la postre la forma política de darle sentido a la experiencia. Hoy circulan abiertamente categorías como “fascismo”, “comunismo”, “extrema izquierda”, “extrema derecha”, que nos reviven el contexto de guerra fría, tal como están operando en el debate contingente. Parece, que pese a la muerte de las ideologías que varios filósofos, cientistas sociales y artistas decretaron hacia fines de los 90, estas vuelven a cobrar fuerza, quizás porque nunca desaparecieron de nuestras narrativas”.
“Hago este ingreso porque creo que, si bien esas categorías pueden tener sentido simbólico, muchas veces operan como anacronismos en la contemporaneidad, estereotipando y desdibujando lo nuevo que contienen. Especial referencia quiero hacer sobre la emergencia y crecimiento del neoconservadurismo, que no es sinónimo de fascismo, ni de pinochetismo, ni de dictadura, aunque veamos en él algunas de esas marcas de nuestra historia reciente”
“El neoconservadurismo radical emergente y que amenaza los espacios de democratización social, es en primer lugar, una fuerza internacional, que ha ido ganando espacios con un lenguaje simple, invocando el orden desde una perspectiva autoritaria, entendido como “desmovilización” funcionalista de los y las sujetas. Es Bolsonaro en Brasil, es Le Pen en Francia, VOX en España y Republicanos y Frente Social Cristiano en Chile, para nombrar los más conocidos”.
En relación a la postura migrante en nuestro país, la Decana manifestó: “En Chile, vociferan contra la migración, particularmente de los “vagabundos” (como los llamaría Bauman), es decir aquellos que no viajan por placer en calidad de turistas, sino que provienen de desplazamientos forzosos. Unos quieren abrir zanjas, otros quieren levantar muros. En cualquiera de las dos versiones, ven en los migrantes un peligro que se enuncia siempre en clave populista: pérdida del trabajo para los nacionales, crimen y desdibujamiento de la identidad nacional. Valor que por cierto enarbolan como esencia irrenunciable”.
“Observan con preocupación los avances en materia de igualdad social. Les molesta lo que han denominado la ideología de género, que desvirtúa la naturaleza humana, las diferencias propias de cada sexo que son parte de un orden que parece antecedernos. Por ello, escudriñan en las universidades públicas, mediante Ley de Transparencia, la formación que damos en esas áreas, tratando de generar un amedrentamiento sicológico por asumir categorías, valores, conceptos e ideas, que cruzan tratados internacionales, políticas públicas y luchas sociales de más de un siglo”.
“No creen en el poder constituyente. Votaron rechazo en el plebiscito pasado, más se integraron a una Convención que no reconocen como legítima. La democracia es para ellos un mal menor, algo que aceptan pero que no comparten, por eso plantean en sus propuestas de gobierno aumentar el monopolio de la fuerza del Estado, pasando incluso por los procedimientos que garantizan nuestros derechos humanos”.
“No comparten los principios de igualdad social, no creen en el matrimonio igualitario, en la adopción homoparental, ni en las demandas por autonomías étnicas. Más de 200 años de luchas sociales, son para ellos prescindibles”.
“Ese neoconservadurismo radical es el que asedia las conquistas democráticas occidentales. Cuidado, la batalla de las ideas que muchos progresistas creyeron estaba instalada en lo más profundo de las “mentes y los corazones” de los ciudadanos, se encuentran en serio peligro de desaparecer”.
“Con todo, creo que la demonización de quienes se sienten asediados, no puede ser la tónica que iguala los estereotipos que tan bien articulan los marcos cognitivos con los que opera el sentido común. La batalla por las ideas nunca está ganada y, la democracia, la igualdad, la justicia social, la inclusión, la tolerancia, la diversidad y la libertad, no son valores incólumes que todos están dispuestos a defender. Creo que sobre esto debemos debatir, so pena de que el asedio neoconservador nos clausure los espacios para que aquello ocurra”.
Puedes revisar la columna en detalle, aquí: bit.ly/32hRvKq