Reflexión y análisis de la convención constituyente es el ejercicio que realiza la académica de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago de Chile, Paula Walker, en La Tercera, desde una mirada comunicacional.
La profesora, experta en comunicación estratégica, explica las distintas miradas que se pueden hacer respecto a la convención.
“Si en Chile fracasa la Convención Constituyente tendremos por delante un problema muy serio. Para que esto pasara, situaciones de diversa naturaleza e importancia deberían suceder. Se puede hacer fracasar desde dentro a la Convención Constituyente, o se puede atacar desde fuera. O pueden pasar las dos cosas, agravada la situación por un contexto de país que coquetea con el malestar y el autoritarismo a diario”.
Además, explicó uno de los pecados capitales que se cometen durante las labores: “Si miramos hacia dentro de la Convención, nos encontramos con 154 personas diversas, algunas aliadas por sus biografías e intereses, varios grupos de adversarios históricos y, probablemente, una gran mayoría convocada bajo el compromiso de poner las mejores ideas para Chile. Tienen liderazgo, cercanía con movimientos sociales, alianzas políticas, centros de pensamiento o grupos de interés. Uno de los pecados capitales que cometen habitualmente, es el “síndrome de la galería” que consiste en hablar de una forma cuando la persona se sabe escuchada públicamente por sus seguidores, y hablar en serio cuando se trata de lograr acuerdos, siempre que sea privadamente. Esta forma de relacionarse impide el diálogo franco que es una de las únicas herramientas que permiten una discusión constructiva. Sin el compromiso de sostener un habla “veraz” tanto en público como en privado se hará cuesta arriba la convivencia interna, profundizando la polarización y la idea pública de que hay situaciones irreconciliables”.
“Si lo miramos desde fuera, como parte de la opinión pública, parece avanzar una cierta desafección a cómo se ha desarrollado hasta ahora la Convención. Podría cristalizar la idea de que ese grupo de personas son iguales a “los políticos”, con esas majaderas comparaciones entre la política y la Convención Constituyente, extendiendo el manto de la mala reputación de una actividad hacia la otra. Distintas encuestas y otras fuentes de información estarían dando cuenta de una disminución de sentimientos positivos (como la esperanza) y un aumento de los sentimientos negativos (como la rabia) cuando se habla de la Convención”.
“En estos primeros meses de funcionamiento del poder constituyente chileno, hemos visto una seguidilla de situaciones propias de los seres humanos: varias equivocaciones, varios aciertos; errores menores, enormes mentiras; personas que hacen trampas y otras personas que las pillan y enmiendan; muestras de inteligencia puesta al servicio del país, junto con pequeñeces de quienes defienden privilegios hasta sus últimas consecuencias. Hay generosidad y un buen espíritu, que debe lidiar con la prepotencia y prejuicios de quienes no logran comprender a todos los Chile que habitan este país”.
“En esta situación nos encontramos que con estos elementos a la vista es posible imaginar las acciones indispensables -que sean comunicacionales, políticas y de gestión- que deberían abordarse para entregar señales francas a la opinión pública, y también hacia las y los integrantes de la Convención, y no esperar a que la cuerda se corte de tanto estirarla”.
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