El académico del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Julio Pinto, se refirió en Radio U. de Chile, a la polémica por la eliminación de símbolos patrios por parte de la Convención Constitucional, a raíz de afirmaciones falsas realizadas por la senadora Ena Von Baer.
Respecto a este tema, el historiador indicó: “Estamos frente a un fenómeno bien complejo donde se mezclan cuestiones de orden simbólico, histórico y político en una combinación altamente eléctrica porque son asuntos que provocan reacciones muy viscerales y que tienen que ver con la imagen que se tiene de la nación o de la patria a la cual uno pertenece”.
“Este es un discurso que siempre la derecha ha querido monopolizar. Un poco arrogarse la condición de protectores de los valores y los símbolos patrios y lo que vemos en las declaraciones de la senadora Von Baer, es precisamente eso”, afirmó.
Además, el Premio Nacional de Historia 2016, analizó el sentimiento de patriotismo que existe en el país: “El patriotismo es un sentimiento que tiene una potencia muy notable a todo nivel y es bastante transversal. Estamos hablando de un sentimiento que no reconoce fronteras sociales ni territoriales muy nítidas, entonces, también la derecha apela a un discurso que puede resultar muy convenientes desde el punto de vista electoral y político”.
“Lo que hemos visto desde el 18 de octubre es una suerte de interrogación respecto de qué significa ser chileno o chilena. Lo hemos visto en las marchas cuando se enarbola la bandera mapuche, quizás con más profusión que la bandera chilena, lo vemos cuando se atacan algunos símbolos convencionales de lo que sería el patriotismo como algunas estatuas, entonces, efectivamente hay una demanda de interrogarnos sobre qué es lo que significa ser parte de este país qué debe implicar eso”, agregó.
El académico considera que debemos analizar lo que significa ser parte del país y sus implicancias: “Ya que el sentimiento está y la demanda está, en este momento donde estamos redefiniendo nuestra convivencia futura, podría ser interesante hacernos esa pregunta y abrir el debate respecto de qué significa ser parte de este país, qué derechos y qué deberes implica y cómo cruzamos esa definición con las divisiones y las desigualdades reales que nos atraviesan”.
Y agregó: “Hay una especie de necesidad antropológica de reconocerse en ciertos símbolos, que en el fondo es reconocerse como parte de un grupo, de una comunidad y como somos una especie social, no solo nos gusta, sino que necesitamos sentirnos parte de una comunidad”.
Por otra parte, el profesor reflexionó sobre la ausencia de banderas partidistas presente en las marchas actuales: “Me llama la atención que en los últimos dos años o más, en las marchas o concentraciones prácticamente no se ven las banderas de los partidos políticos, algo que antes era omnipresente. Lo que se ve ahora es una transición desde ese tipo de identificación a otros tipos y así han aparecido símbolos muy curiosos como disfraces de dinosaurios, la Tía Pikachú o el Negro Matapacos”.
“Hoy lo que se está levantando como una demanda transversal es el reconocimiento y el respeto a la diversidad, entonces la pregunta que podrían hacerse las generaciones más jóvenes es si hay una sola bandera que efectivamente nos identifique a todos como unidad nacional, es una pregunta que uno se podría hacer”, indicó.
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