La filósofa, académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Diana Aurenque, reflexionó en LUN, sobre el entendimiento y la forma que tenemos para relacionarnos, en el marco del escenario político actual, previo a las elecciones presidenciales.
En ese sentido, la profesora considera que falta formación ciudadana y espacios para no sentirnos violentados al comunicarnos: “No tenemos una formación de poder estar en desacuerdo, de pensar distinto, de tener conflictos de ideas, de valores, de posiciones políticas, sin que eso no nos lleve al desprecio del otro, o de la otra idea del otro”.
“Tenemos una tradición respecto a que sobre ciertos temas no está permitido hablar. Y muchas personas, para evitar el conflicto, a veces ni siquiera opinan. Eso genera resentimiento y rabia. Porque si no puedo expresar mi pensar, las emociones se juntan y luego explotan en algún lugar. Falta formación ciudadana, faltan espacios donde podamos sentir que podemos ser libres, distintos, sin que signifique que nos violenten”.
“No estar de acuerdo con algo no significa que tengo el derecho de llegar y violentar al otro”. «Lo ideal”, agrega la académica, “es aprender a dialogar en el hogar, con la familia, donde existe el amor, o debiera existir. Y está la filosofía, que por suerte se mantiene obligatoria en los colegios, que nos ayuda a imaginar posiciones, pensar posibles escenarios argumentativos y reflexivos, y nos entrena la capacidad de enjuiciar, de ponernos en el lugar del otro”, analizó.
Además, la Directora del Departamento de Filosofía de la Universidad de Santiago, definió el concepto de diálogo, considerando también, que hay que saber escuchar: “(El diálogo) Es el movimiento del pensar entre por lo menos dos fuentes: una tesis, una afirmación, y otro que dice otro argumento u otra afirmación, en búsqueda de algo así como un consenso, una verdad. Dialogar es presentar una idea a otro que la puede criticar, ampliar, enriquecer, poner en duda, etcétera. Para eso hay que saber escuchar”.
En relación a esta idea, la académica indica algunas diferencias entre diálogo y persuasión: “La escucha es estar atento a lo que el otro tiene que decir y reconocerlo como un interlocutor válido. Si solo tengo un argumento que quiero defender a toda costa, no estoy dialogando, estoy persuadiendo. El diálogo es una revisión, no es defender permanentemente una idea. Es estar abierto a estar errado. Por lo tanto, tiene que ver también con una actitud de apertura”.
Y agregó: «El que escucha, además, tiene que saber callar… No puede haber escucha y hablar al mismo tiempo. Si yo me silencio para escuchar al otro, significa que mi atención, mi apertura, está hacia el otro. Por eso la argumentación, la retórica que defiende argumentos, muchas veces no escucha al otro, porque simplemente se autoafirma permanentemente”.
Puedes revisar la entrevista en detalle, aquí: bit.ly/3jYdnRl