El académico de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Marcelo Mella Polanco, presenta su libro “Querer, Poder y Saber: El impacto de la CONFECH en las movilizaciones estudiantiles (2011-2015)” escrito en conjunto con el también politólogo, Pablo Valenzuela, editado por Editorial TIRANT y que saldrá próximamente a la venta.
La publicación forma parte de un proyecto de la Dirección de Investigación Científica Tecnológica de la Universidad de Santiago de Chile (DICYT) y contribuyó a dar forma a este libro, sobre la composición y las correlaciones de fuerza de las organizaciones que formaron parte de la CONFECH y del movimiento.
Sobre cómo surgió la idea de este libro, el académico señaló: “Con el profesor Valenzuela nos pareció que era importante estudiar las movilizaciones de 2011-2015, porque existían indicios, como el desplome del apoyo presidencial y el aumento de la desconfianza, que podrían impactar no solo en la reforma del sistema de educación superior, sino en el mediano plazo, acelerar una crisis sistémica y el agotamiento de los actores de la transición. Me parece que el tiempo nos dio la razón”, indicó.
Respecto a las novedades y a la contribución de este ejemplar, el Dr. Mella sostuvo: “La principal contribución del libro es analizar sin dogmatismos ni prejuicios, de manera «agnóstica», el origen, mantenimiento y declinación del movimiento estudiantil. Este movimiento fue inicialmente portador de demandas sectoriales y consiguió con posterioridad articular una poderosa movilización nacional e intersectorial, que se encuentra en la base del 18-O, así como de los impulsos transformadores posteriores”.
Además, indicó: “Nuestra mirada, a partir de la contestación social que impulsan las organizaciones estudiantiles del período analizado, considera que existen posibilidades de desarrollos acumulativos entre organizaciones sociales y organizaciones políticas que pueden contribuir a generar respuestas constructivas frente a la crisis de nuestra democracia, superando de este modo perspectivas voluntaristas y sobreideologizadas, que profundizan «la grieta» y la desconfianza entre lo social y lo institucional”.
Para el politólogo, existen tres grandes impactos que ha generado la CONFECH en el desarrollo de la sociedad Chilena: “Primero, una evidente renovación de los liderazgos y un impulso a la participación y el compromiso de los jóvenes en la política. Segundo, un importante aprendizaje de una generación completa de jóvenes que fueron protagonistas de las protestas y que como resultado de esa experiencia ha podido enriquecer su mirada sobre la complejidad del quehacer político y de este modo contribuir al proceso posterior. Finalmente, un legado importante del movimiento estudiantil consistió en desplazar el horizonte de lo posible, superando las inercias institucionales y la aversión al riesgo de la élite política que caracterizó a la democracia chilena desde 1989”.
En relación a la importancia de este libro para la comunidad universitaria, el académico afirmó: “Por una parte, permite entender cómo la crisis del sistema de partidos de la transición a la democracia, generó oportunidades para el surgimiento de nuevos actores. En este caso desde el espacio de la educación superior y de las organizaciones estudiantiles que dinamizaron la renovación de la agenda política y los liderazgos.
En segundo lugar, esta publicación permite entender la relación estrecha entre la definición de estrategias en los actores y la capacidad de obtener resultados políticos, especialmente cuando se busca impulsar cambios. Es decir, para obtener los resultados en política importan tanto los aspectos sustantivos como los aspectos estratégicos y no entender esto, podría contribuir a la acumulación de resultados no deseados.
En tercer lugar, el análisis desarrollado en «Querer, saber, poder», busca entender cuál es el nivel de innovación política que generó la CONFECH y las organizaciones estudiantiles, como actores estratégicos de las reformas a la educación superior chilena. Las organizaciones políticas del movimiento estudiantil durante esos años consiguen instalar una demanda de reforma sectorial (educación superior) y gobernar desde la Confederación un espacio político de alta fragmentación. Pero ¿hasta que punto consigue ser incidente en la reforma misma? y por otra parte ¿representa el movimiento estudiantil un impulso renovador de la política en Chile?”, finalizó.