La Decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Cristina Moyano Barahona, se refirió a lo ocurrido con la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, y la desvinculación del financiamiento de algunas investigaciones de la comunidad científica.
En ese marco, la Decana señaló lo siguiente:
“Como representante de la Facultad de Humanidades, manifiesto mi más profunda preocupación frente a las nuevas políticas anunciadas por la ANID (Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo), que indicó hace pocos días cambios en las bases y protocolos de aprobación de proyectos de investigación científica, humanista y tecnológica. La reforma propuesta establecerá dos categorías entre los proyectos aprobados: aquellos que contarán con financiamiento y los que no contarán con él, aunque hayan sido calificados como muy buenos.”
Sobre esta desvinculación, la máxima autoridad de la Facultad cree que se trata de una discriminación arbitraria, que golpea a las Humanidades:
“En ese contexto, ANID funcionará como una simple oficina de evaluación y certificación, desvinculándose del financiamiento de investigaciones calificadas como “muy buenas”, generando una cartera de proyectos de segunda categoría que deben buscar recursos por cuenta propia. Esta discriminación arbitraria, y que pone en serio riesgo el compromiso del Estado con la creación de conocimiento, se fundamenta en las permanentes rebajas al financiamiento que hoy, en contexto de crisis económica y pandemia, golpean con fuerza a las ciencias, artes y humanidades.
La nueva política anunciada pone en un riesgo mayor a la investigación en áreas que no reportan rentabilidad inmediata en términos «financieros», ni responden a intereses inmediatos de aplicabilidad para la generación de negocios, observando con preocupación el retroceso al mecenazgo de los siglos XVI y XVII. Vemos con estupor la posibilidad de volver a la búsqueda de unos Medicis o unos Borgia, que en el siglo XXI y en nuestro país tienen apellidos vinculados a las familias que participan del goce de la mayor parte del PIB. Las disciplinas de las artes, humanidades y ciencias sociales serán –por cierto– las más afectadas, porque sus “ejes” no son generar conocimiento rentable bajo parámetros mercantiles, sino que se guían por orientaciones que buscan aportar a una comprensión compleja de la realidad social y promover la formación de seres humanos integrales, con capacidad de amar, de sorprenderse y apreciar la belleza, abrazar la ética, posicionarse en el presente desde una historicidad particular, empatizar con el distinto, con el diferente, con la otredad, imaginar nuevos horizontes de expectativas y convertirse en agentes transformadores de su entorno, así como debatir y participar de los debates de la nueva polis global. Sin artes, sin humanidades y sin ciencias sociales, el ideal de una nueva ciudadanía se derrumbará.”
“En una época marcada por profundas transformaciones sociales, y en la actual coyuntura política (que ha demostrado el agotamiento del Estado subsidiario y de la racionalidad capitalista neoliberal), que subsume todos los cuerpos y las actividades, las universidades públicas y más específicamente las estatales deben exigir al Estado financiamiento permanente para sostener investigaciones especializadas “independientes”, con la posibilidad de definirse por sobre las motivaciones e intereses del mercado y que superen la racionalidad de la rentabilidad inmediata.
De otra parte, esta política pone en serio riesgo el pluralismo y la autonomía en la investigación que solo el financiamiento del Estado puede garantizar y, aumenta la precariedad en la que ya se encuentran los(as) investigadores(as) independientes y los(as) asociados(as) a las universidades. Como decana de la Facultad de Humanidades, invito otras universidades del CUECh para movilizarnos en pos de que esta política no logre implementarse y se genere una revisión a las bases concursales actuales de proyectos de investigación, siendo proactivos frente al avasallamiento de una racionalidad precarizante y mercantilista.”
Puedes revisar la columna completa, aquí: bit.ly/2RFI3vK