Fuente: Friedrich Ebert Stiftung Colombia
El papel de policías y militares frente a crisis estructurales es central no sólo debido a que apoyan para mantener el orden, sino, principalmente, porque brindan posibilidades reales de respuesta rápida a las urgencias ciudadanas. La pandemia del Covid19 no es una excepción. Vemos desplegados a miles de funcionarios públicos que apoyan la implementación de las cuarentenas obligadas o preventivas, entre otras múltiples tareas.
La urgencia no puede permitir que olvidemos seis elementos claves:
1. el respeto a los derechos humanos;
2. la acción en el marco del Estado de Derecho
3. la división clara entre tareas policiales y militares
4. la necesidad de proteger a los más vulnerados por nuestras sociedades, más que reprimirlos frente a situaciones de angustia y desesperación
5. la lucha contra la corrupción y el incremento de la transparencia de la información
6. el mantenimiento de la presencia en aquellos territorios donde la criminalidad organizada está ganando presencia y control.
Todos parecen temas obvios, pero ante la actual emergencia sanitaria estamos siendo testigos de actos de violencia, populismo punitivo, militarización, estigmatización y discriminación en diversos países de América Latina y el Caribe. La pandemia no puede ser excusa para avanzar en mayor autonomía de policías o militares. Se requiere más que nunca control civil sobre las respuestas de política, las decisiones institucionales, y los mecanismos de control.
La post pandemia estará marcada por una grave crisis económica y un fuerte crecimiento de la criminalidad. Los desafíos de seguridad serán estructurales y requieren de voluntad política y perspectiva de largo plazo.
Publicado el 7 de mayo de 2020.