Fuente: U de Santiago al DíaAutor: María José Sandoval y Cristóbal Miranda Ríos – Fotografía: FlickrA partir de este mes comenzó a regir el Decreto de Evaluación, Calificación y Promoción de Escolares que contempla que, además de cumplir con requisitos como asistencia o calificaciones, los casos de las y los estudiantes sean evaluados a través de un análisis pedagógico y psicosocial por parte de un equipo de profesores, directivos y profesionales afines, suprimiendo así la repitencia automática.Para el Doctor en Ciencias de la Educación y experto en evaluación del aprendizaje de la Usach, Daniel Ríos, la nueva norma constituye una buena alternativa.“Cualquier acción o estrategia que contribuya a una buena formación de los estudiantes debe ser vista en términos positivos”, comentó.Aun así, el académico del Departamento de Educación de nuestra Universidad planteó que el proceso de evaluación a estudiantes no debería ser implementado al final del año académico, sino que durante este. “Creo que es importante un buen diagnóstico que sea realmente pedagógico y dé cuenta de las competencias o conocimientos”, expuso Ríos, enfatizando en que, en la actualidad, el proceso sería más bien un “diagnóstico burocrático, porque la escuela lo pide”.Según Ríos, la ventaja de una evaluación temprana sería tener la posibilidad de cambiar o mejorar el aprendizaje y los resultados, y no “sorprendernos al final del proceso con resultados deficientes”.“En el fondo estamos hablando de un proceso. Ahí también se ve la importancia de los consejos de profesores, pero con una perspectiva pedagógica y no administrativa o burocrática como muchas veces se tienen en las escuelas”, puntualizó el académico. Publicado el 11 de marzo de 2020.
Otros contenidos que podrían ser de tu interés