29 Jun 2017 / Noticias /
Académicos/as opinan sobre los desafíos de la Facultad de Humanidades en el área de Docencia

Comunicaciones y Extensión Facultad de Humanidades | Texto, Soledad Villagrán Varela | Fotografías, Antonio Hernández.

Marcela Contreras, académica del Departamento de Lingüística y Literatura:

“La docencia es uno de los pilares fundamentales de la Universidad, es su razón de ser. Por ello, debe ser facilitadora de los procesos del estudiante y motivadora de su propio aprendizaje. En las clases, se debería promover el desarrollo del pensamiento crítico, autonomía, construcción colaborativa de significados y, por sobre todo, un aprendizaje profundo”, opina Contreras.

La profesora advierte que “se requiere una mayor cantidad de actividades de docencia fuera del aula, apropiarse de otros espacios que brinden oportunidades formativas. En este contexto, destacan metodologías y enfoques como el aprendizaje de servicio (…) Se deberían reforzar todas las iniciativas o propuestas que apunten en esa dirección”

Pedro Reyes, académico y director de la Escuela de Periodismo:

“El área de docencia de la Facultad debería potenciarse siguiendo los lineamientos de las nuevas tendencias en educación, que centran el proceso educativo en el estudiante y no en el profesor. El docente es un facilitador y su principal objetivo, más que traspasar conocimientos, es motivar a los jóvenes en diferentes áreas temáticas”.

“Más en concreto, y en el área del postgrado en la Escuela de Periodismo, el principal desafío de nuestra Unidad es la consolidación de un cuerpo académico estable, compuesto de doctores, que asegure productividad científica en al área. Para ello, es necesaria la inserción efectiva de estos académicos tanto en el postgrado así como en las actividades que nuestra misión universitaria consagra”, sostuvo el Dr. Pedro Reyes. 

Wilfredo Quezada, académico del Departamento de Filosofía:

“En general, nuestra experiencia en el pregrado sugiere que la docencia debería proyectarse sobre la base de tres ejes: interno, intermedio y externo. En el eje interno, que corresponde al proceso formativo intracurricular, se debe dar garantías de que los procesos y mecanismos orientados a la mejora permanente de la formación del profesorado de la Usach -que luego irá a la escuela y a otros ambientes educativos-, estén instalados de manera común en todas las mallas de las pedagogías y que ellos reflejen tanto el perfil de la carrera así como el modelo educativo institucional”. 

“En el eje intermedio, que para mí corresponde al proceso de formación intrafacultad y que es de naturaleza más bien simbiótica, el foco debería ser intentar obtener la máxima apertura posible de las experiencias educativas propias al resto de las carreras de la Facultad. La apuesta más compleja y tal vez más valiosa en este sentido es avanzar a un modelo que muestre, por así decirlo, el perfil del estudiante FAHU”. 

“En el eje externo creo que el esfuerzo actual en cada carrera y en particular en las pedagogías debe apuntar a una vinculación con el medio que apueste más a lo cualitativo que a lo cuantitativo, por ejemplo, con jornadas de perfeccionamiento permanente”, puntualizó el Dr. Quezada.

Juan Silva, académico del Departamento de Educación:

“Debemos poner al estudiante al centro del proceso educativo, utilizando metodologías activas: estudio de casos, aprendizaje basado en problemas, trabajo colaborativo. Ya no es efectiva la clase magistral, hay que bajar al profesor del estrado y éste debe ubicarse en el aula como un facilitador del proceso educativo. Ello se potencia con el uso de las TIC, gran deuda de las facultades de humanidades a nivel internacional”.

“La educación continua de la Facultad y la asistencia técnica debería complementar su formación haciendo uso de los entornos virtuales, esto permitiría contar con oferta formativa en modalidad online y semipresencial, ampliando las posibilidades de participación en las licitaciones en el ámbito público”, planteó el experto en TIC.