El trabajo de las académicas destaca el rol social de la traducción, desde la revalorización de comunidades rurales hasta su importancia en procesos legales en Chile.
El campo de la traducción es amplio, y ofrece múltiples posibilidades de abordar problemáticas de carácter social. Así lo asentaron la Dra. Ángela Morales y la Dra. Marcela Contreras con sus exposiciones en el II Congreso Internacional de Traducción y Sostenibilidad Cultural: Retos y Nuevos Escenarios, realizado en Salamanca, España, y que congregó a más de 600 participantes en todo el mundo. Fue en este espacio en el que las dos académicas abordaron la traducción tanto como un medio para aportar a la revalorización de comunidades rurales aisladas como un derecho en su desempeño en procesos legales en Chile, respectivamente.
Por una parte, la Dra. Ángela Morales expuso un proyecto VIME 2023, el cuál “aportó a la revalorización sociocultural de las comunidades de mujeres recolectoras de frutos silvestres que habitan en zonas rurales de la Región de Aysén”. Una de las metas de esta iniciativa se orienta a “la formación de traductores mediante la estrategia de Aprendizaje y Servicio”, y todo con la finalidad de “aportar nuevos conocimientos y motivar el autorreconocimiento de la contribución de las recolectoras al desarrollo del país, a través de material escrito e información que se difunde en una radio local, al tratarse de localidades rurales aisladas y sin conexión a Internet u otros medios de información”. Lo anterior fue apreciado por el estudiantado, pues les permite la posibilidad de “traducir un texto auténtico y a la vez aportar al desarrollo de una comunidad de mujeres trabajadoras”, indicó.
La Dra. Marcela Contreras, por su parte, presentó su proyecto de investigación “La traducción como derecho: percepciones sobre su función en los procesos legales en Chile”, el cual nace de la necesidad de abordar las complejidades lingüísticas y comunicativas que pueden suponer los procesos legales para la población foránea en nuestro país y que no manejan nuestro idioma. En definitiva y en palabras de la académica, “el sistema de justicia chileno, en concordancia con una serie de tratados firmados sobre derechos humanos y legislación interna, ofrece para estos fines el apoyo de servicios de traducción e interpretación”, y son estas las instancias tratadas por la Dra. Contreras “a través de análisis documental y de entrevistas con agentes pertinentes (fiscales, defensores públicos, peritos traductores e intérpretes, representantes de ONG que dan apoyo a inmigrantes, inmigrantes y otros)”. La meta del proyecto era conocer las perspectivas con respectos a las ayudas lingüísticas y comunicativas en la praxis, el desempeño del traductor y “la interpretación en la garantía de derechos en estos procedimientos y el perfil de quiénes desempeñan esas labores”.
Consultadas por la experiencia en el congreso, ambas concuerdan en que fue enriquecedora, pues “permitió intercambiar distintas perspectivas sobre las áreas de estudio de ambas académicas y contextualizar la formación de traductoras/es y su labor profesional como una actividad con impacto social, esencial para permitir la comunicación entre diferentes lenguas y culturas”, señalaron. Además, pudieron nutrir sus propias indagaciones personales. Por una parte, el proyecto de la Dra. Ángela Morales se vió fortalecido por el intercambio de “experiencias de Aprendizaje y Servicio que se llevan a cabo en diferentes países del mundo relacionadas con la traducción y que se orientan a necesidades específicas de sociedades y culturas diversas”, mientras que el de la Dra. Marcela Contreras por el conocimiento de distintas “iniciativas de investigación y de aplicación de la traducción en contextos de migración, crisis y activismo y protección de los derechos de las personas”.
Frente a la expresión del sello FAHU en su trabajo e investigaciones, especificaron sobre cada proyecto. Con respecto al de “Aprendizaje y servicio”, el sello se ve reflejado “en cuanto promueve el compromiso social del estudiantado ayudando a resolver necesidades reales de la comunidad, mediado por el trabajo colaborativo de los/las profesores(as), los/las compañeros(as) y los/las agentes del entorno”, mientras que en el de “Traducción como derecho”, se ve en su relevancia vital para la defensa de derechos, “pues más allá de permitir la comunicación lingüística de quienes han venido a nuestro país y no hablan español, facilita la comprensión de los aspectos culturales y pragmáticos en que se insertan dichos procedimientos”.
Finalmente, expresaron ambas su agradecimiento al Departamento de Lingüística y Literatura, a la Facultad de Humanidades y a la VRIIC (Vicerrectoría de Investigación, Innovación y Creación), pues en definitiva la asistencia al congreso significó no sólo el intercambio de “experiencias con investigadoras/es que comparten nuestras inquietudes con respecto a abordar la Traducción como una actividad con perspectiva humana y humanista”, sino que también fue una oportunidad para “asistir a conferencias y paneles sobre diferentes temáticas que nutren nuestro quehacer como académicas e investigadoras”, señalaron.
Créditos:
Texto: Fidel Palacios A.
Imagen: Cedida.
Edición: Luciano Guzmán N.