La columna del Dr. Maximiliano Salinas, académico del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago (Usach), ofrece un análisis profundo y crítico de la reciente película «Historia y geografía» del cineasta Bernardo Quesney. La obra, ambientada en San Felipe, Aconcagua, no solo es una comedia inquietante, sino también una reflexión incisiva sobre la idiosincrasia y las tensiones sociales y culturales de Chile.
La trama de la película se centra en las hermanas Martínez, Gioconda (Amparo Noguera) y Atenea (Catalina Saavedra), quienes representan arquetipos opuestos de la sociedad chilena. Gioconda, una figura de la élite y la farándula, decide montar «La Araucana» de Alonso de Ercilla con un grupo de teatro local en San Felipe, involucrando a su hermana Atenea, una mujer comprometida con la cultura y el arte popular. Este contraste entre las hermanas sirve como metáfora de las divisiones y tensiones sociales en Chile.
Salinas destaca cómo la decisión de Gioconda de interpretar «La Araucana» refleja una obsesión con la validación cultural y una desconexión con la realidad local, mientras que Atenea representa la autenticidad y resistencia cultural. La inclusión de actores haitianos en los roles de los mapuches es un elemento significativo que subraya la persistencia de las dinámicas de poder y exclusión en la sociedad chilena contemporánea. Los haitianos, tratados como «seres otros» y mano de obra disponible para los blancos, reflejan una nueva forma de marginalización que reemplaza la antigua explotación de los indígenas.
El entorno colonial de San Felipe, con sus símbolos racistas y excluyentes, se presenta como un microcosmos de las continuidades coloniales en Chile. El monumento público a Gabriela Mistral en la ciudad, cuya efigie está ausente, se convierte en un potente símbolo de la desvalorización de las voces críticas al colonialismo. Mistral, como crítica fervorosa del abuso colonial y defensora de las comunidades indígenas y campesinas, es evocada por Salinas para subrayar cómo las narrativas oficiales a menudo distorsionan y omiten la verdadera riqueza cultural y natural de Chile.
El análisis de Salinas también conecta la película con el contexto contemporáneo de las protestas contra el extractivismo minero en Putaendo. Las luchas actuales contra las prácticas explotadoras que dañan el medio ambiente y las comunidades locales se reflejan en la película a través de los actores haitianos que denuncian las injusticias modernas, resonando con los ecos del pasado colonial. Esta conexión subraya la relevancia de la película como una crítica continua a las estructuras de poder explotadoras.
La actuación de Atenea, en particular, es destacada por su vehemente denuncia del deterioro cultural, artístico y humano de la región. Esta escena encapsula el espíritu de resistencia que la película intenta transmitir, ofreciendo una visión crítica y desafiante de la realidad social chilena.
En resumen, la columna del Dr. Maximiliano Salinas es una reflexión profunda sobre cómo «Historia y geografía» utiliza la historia y la narrativa cinematográfica para cuestionar las estructuras coloniales persistentes en Chile. La película, a través de su trama y personajes, invita a los espectadores a reconsiderar sus percepciones y a confrontar las realidades históricas y contemporáneas de la sociedad chilena.
Para quienes buscan una comprensión más profunda de estas dinámicas sociales y culturales, la columna del Dr. Salinas ofrece un análisis perspicaz y bien fundamentado que vale la pena leer. Su reflexión no solo enriquece la apreciación de la película, sino que también proporciona una visión crítica sobre las continuidades y cambios en la idiosincrasia chilena.
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Créditos:
Texto: Luciano Guzmán N.
Imagen: Cedida.
Edición: Luciano Guzmán N.