15 Oct 2024 / Noticias / Escuela de Psicología, Facultad de Humanidades, VIME /
Dr. Rodrigo Rojas se adjudica Fonide para transformar la convivencia escolar en la Región del Maule

A través de acciones colaborativas y un monitoreo constante, el proyecto busca instaurar prácticas que promuevan el bienestar y la inclusión en las aulas.

El Dr. Rodrigo Rojas Andrade, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), ha ganado el Fondo de Investigación y Desarrollo en Educación (Fonide) 2024 por su proyecto «A Convivir se Aprende». Esta iniciativa busca implementar el Modelo de Escuela Total Multinivel en la Región del Maule, con el objetivo de mejorar la convivencia escolar y promover el bienestar socioemocional en las comunidades educativas.

El proyecto, que comenzó su fase de implementación en 2022, se ha expandido a lo largo de los años, abarcando diversas comunas de la región. «Estamos implementando este programa en 13 comunas de la Región del Maule, con estrategias directas a nivel de escuelas, comunas y a nivel regional», explicó el Dr. Rojas. A través de este modelo, se espera fortalecer la participación de todos los actores de la comunidad educativa, generando ambientes más colaborativos y reduciendo los conflictos dentro de los establecimientos.

Un enfoque integral para la salud mental y la convivencia

El proyecto «A Convivir se Aprende» forma parte de una política educativa más amplia que el Dr. Rojas ha liderado en los últimos años, centrada en la mejora de la salud mental y la convivencia en los colegios. En este sentido, el académico señala que «gran parte de los problemas que tenemos al no observar cambios o resultados en la convivencia escolar o en la salud mental tienen que ver con que las acciones implementadas son fragmentadas o se implementan de manera incompleta». 

La necesidad de un enfoque más estructurado ha sido clave para su trabajo. «Lo que buscamos es estudiar las condiciones que promuevan la correcta implementación del Modelo de Escuela Total Multinivel, con el fin de generar un cambio significativo en la convivencia educativa», detalla Rojas. Este modelo, además, no se limita a los estudiantes, sino que también involucra a docentes y a la comunidad escolar en su conjunto, fomentando la cohesión y el trabajo en equipo. «Este enfoque multinivel permite que todos los actores, desde los estudiantes hasta los directivos, tengan un papel activo en la creación de un entorno educativo saludable», afirma el académico.

El impacto de la pandemia en la salud mental escolar

La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto considerable en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes en Chile, lo que llevó a una mayor urgencia en el desarrollo de programas que abordaran esta problemática en el contexto escolar. Según el Dr. Rojas, «antes de la pandemia, ya sabíamos que Chile tenía altos índices de problemas de salud mental en los estudiantes. Las investigaciones mostraban que casi un 40% de los niños y adolescentes presentaban algún tipo de dificultad en esta área, mientras que la prevalencia mundial es del 20%». Durante la pandemia, esta situación se agravó, alcanzando niveles alarmantes.

El retorno a las clases presenciales en 2022 fue especialmente difícil, con episodios de violencia y agresión que destacaron la necesidad urgente de abordar el bienestar emocional en las escuelas. «Vimos que los niños estaban más irritables, había más agresiones, y todo esto era consecuencia de los cambios bruscos y del estrés acumulado durante el encierro», comenta Rojas.

Un modelo centrado en la participación y la reflexión

El Modelo de Escuela Total Multinivel, que el Dr. Rojas y su equipo están implementando en la Región del Maule, se basa en cuatro ejes principales: coherencia, participación cognitiva, acción colectiva y monitoreo reflexivo. Estos principios buscan garantizar que las intervenciones sean sostenibles y efectivas a largo plazo. 

«Las escuelas que han normalizado el modelo cuentan con equipos de implementación que incluyen a estudiantes, apoderados, docentes y directivos», explica el académico. Este enfoque participativo no solo permite una mejor toma de decisiones, sino que también fortalece el sentido de comunidad dentro de las escuelas. «Es fundamental que los equipos de implementación tengan voz, voto y veto, para que todas las opiniones sean consideradas y las decisiones reflejen las necesidades reales de la comunidad», destaca Rojas.

El desafío de transformar la convivencia en un entorno competitivo

La implementación del modelo enfrenta un desafío clave: la «cultura dominante» en la sociedad chilena, caracterizada por ser competitiva, jerárquica y violenta. «Es más probable encontrar escuelas con modos de convivencia competitivos y violentos que escuelas con modos de convivencia inclusivos y pacíficos», explica el Dr. Rojas. Sin embargo, confía en que este cambio es posible. «Sabemos que los cambios en una escuela pueden contagiar a otras, generando un efecto multiplicador», añade. El proyecto «A Convivir se Aprende» está enfocado en identificar y estudiar estos cambios, con la intención de replicar los resultados en otras regiones del país.

El trabajo del Dr. Rojas Andrade en la Región del Maule representa un esfuerzo significativo por mejorar la convivencia y la salud mental en las escuelas, promoviendo un modelo que pone en el centro a la comunidad educativa. Aunque los desafíos son grandes, el enfoque integral y participativo que propone este proyecto tiene el potencial de generar cambios profundos y duraderos en el sistema educativo. Con el apoyo de iniciativas como el Fonide, se espera que los resultados de esta investigación no solo beneficien a las escuelas de la región, sino que también puedan contribuir a la mejora de la convivencia escolar en todo el país.

Créditos:
Texto: Fidel Palacios A./Luciano Guzmán N.
Imagen: Luciano Guzmán N.
Edición: Luciano Guzmán N.