La Comisión Nacional de Acreditación (CNA) otorgó cinco años de acreditación al programa de regularización vespertino que forma profesores para la enseñanza técnico profesional, consolidando un hito institucional sin precedentes. La distinción posiciona a esta iniciativa de la Universidad de Santiago como la de mayor acreditación en su tipo a nivel nacional.
La acreditación otorgada por la CNA constituye un reconocimiento al fortalecimiento sostenido del programa y a su impacto directo en el sistema escolar técnico profesional. El resultado cobra especial valor considerando que, por primera vez, se logró la acreditación en la primera evaluación, esta vez bajo los nuevos y más exigentes criterios aplicables a las carreras de pedagogía.
La actual coordinadora del programa, Dra. Natalia Ferrada Quezada, asumió el cargo en abril de 2024, en plena fase de acreditación, y lideró un proceso que describió como un “desafío profesional y humano”, marcado por jornadas intensas de trabajo. “Las personas que han trabajado en acreditación saben de lo que hablo, saben lo que significa”, afirma.
Entre los factores determinantes del resultado se cuenta el rediseño curricular impulsado en años anteriores, liderado por el Dr. Saúl Contreras, quien estuvo a cargo del programa durante una etapa clave. “Yo creo que sin el rediseño que lideró Saúl en su momento no tendríamos los cinco años. Ese es uno de los criterios. El plan formativo que tenemos hoy es muy potente”, destaca la académica.
A ello se suma el fortalecimiento del cuerpo académico —con docentes vinculados directamente a establecimientos técnicos—, el aumento de prácticas pedagógicas progresivas, la incorporación de ayudantías, mejoras en infraestructura, y un trabajo sistemático con egresados, empleadores y el propio estudiantado.
Con solo tres programas similares en todo el país, este resultado posiciona a la Universidad de Santiago —institución que cuenta con siete años de acreditación institucional— como referente nacional en la formación pedagógica especializada para docentes de liceos técnico profesionales. Esta formación responde a una necesidad país: hoy existe un déficit de profesores con título pedagógico en este tipo de enseñanza, lo que afecta directamente la calidad y continuidad de los aprendizajes.
El logro marca también el inicio de una nueva etapa. Entre los desafíos proyectados se contempla el desarrollo de un modelo híbrido para ampliar la cobertura territorial del programa, avanzar hacia una mayor cobertura de los estándares pedagógicos exigidos por el sistema, y fomentar que los propios estudiantes presenten y publiquen sus trabajos de investigación en congresos especializados.
“Formamos profesores para el sistema escolar, con un equipo académico diverso, con experiencia en aula y en investigación. Esa experiencia acumulada nos hace únicos”, concluye la Dra. Ferrada.
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Redacción: Luciano Guzmán N.
Fotografía: Camila Vásquez V.
Edición: Luciano Guzmán N.