La colectiva de autoras feministas AUCH+ impulsa un proyecto que transforma el duelo por las mujeres detenidas desaparecidas y ejecutadas políticas en un gesto poético y colectivo de memoria viva.
En una época marcada por los 50 años del golpe cívico-militar, la memoria se hace urgente y activa. Esa es la apuesta de la colectiva de escritoras feministas AUCH+, que desde su Comisión de Fomento Lector impulsa Todas Vivas en la Memoria, un homenaje poético y audiovisual a mujeres detenidas desaparecidas (DD) y ejecutadas políticas (EP), incluidas aquellas que estaban embarazadas al momento de su secuestro. “Es una labor que duele: duele leer sus historias y arde rescatar estas memorias de carne y hueso”, señala Ps. Cecilia Aretio, coordinadora del proyecto y profesional del Centro de Atención Psicológica Usach.
Desde 2024, el equipo ha creado 48 textos —poemas, cartas y relatos— dedicados a mujeres asesinadas por organismos del Estado. Trece de ellos recuerdan a mujeres embarazadas, cuya memoria es doblemente arrasada. “Cada historia es única, de algunas hay bastante información, de otras casi nada. Esto último también ha sido estremecedor”, comenta Aretio, quien integra la colectiva desde su fundación.
Los textos han sido traspasados a cápsulas audiovisuales de dos a cuatro minutos, que combinan imagen, voz y palabra escrita. “Este proyecto lo hemos sacado a puro amor, es una labor cien por ciento ad honorem”, enfatiza Aretio. La difusión comenzó en el Instagram de La Voz de los que sobran y en las redes de AUCH+, y continúa sumando espacios y plataformas.
El gesto político y cultural de Todas Vivas en la Memoria no solo interpela a los públicos desde la emoción, sino que también visibiliza una parte de la historia poco contada: la de las mujeres que lucharon y resistieron en dictadura. “Meterse en la historia de vida de cada asesinada política es un acto necesario, que acongoja, emociona”, dice Aretio. Y subraya: “Es un desafío que asumimos con responsabilidad ética, socio-política y de género”.
El proyecto tiene una conexión especial con la Universidad de Santiago, antigua UTE, hoy reconocida como sitio de memoria. “Todo el sentido tiene difundir estas cápsulas en espacios universitarios como la Usach”, afirma Aretio. Una de las homenajeadas es Michelle Peña Herreros, exalumna de la casa de estudios, secuestrada con ocho meses de embarazo.
La escritura colectiva ha sido clave para dar forma al homenaje. Veinte escritoras de distintas generaciones han participado en la creación de los textos, cada una con su estilo y sensibilidad. “Lo hicimos en clave poética y narrativa, dependiendo del género literario que escoge cada autora comprometida con el proyecto”, explica Aretio. Esa diversidad también enriquece el relato: algunas vivieron la dictadura en carne propia, otras han reconstruido las memorias desde la investigación o la transmisión oral.
Las proyecciones del proyecto no se detienen. Para el segundo semestre de 2025, AUCH+ planea realizar lecturas en establecimientos educacionales y transformar las cápsulas en una muestra visual con gigantografías y audio. Además, se busca publicar un libro que recopile los textos, con miras a que esté disponible en bibliotecas públicas del país. “Es un mensaje de solidaridad para las familias, pero también una alerta para la generación que no vivió el Golpe”, sostiene Aretio. Y agrega: “Sanar un trauma político de esta envergadura toma varias generaciones”.
Algunas familias han recibido los homenajes con emoción y gratitud. Aretio recuerda casos como el de la hija de Gloria Esther Lagos Nilsson, o la sobrina nieta de Sonia Bustos, quienes se contactaron con las autoras para agradecer los textos. “Este texto lo siento escrito por ella”, escribió una de ellas, conmovida.
A través de la palabra, Todas Vivas en la Memoria transforma el silencio impuesto por el horror en una voz coral que incomoda, abraza y resiste. Porque escribir también es un modo de no olvidar.
Créditos:
Redacción: Luciano Guzmán N.
Fotografías: Luciano Guzmán N.
Edición: Luciano Guzmán N.