El proyecto, liderado por la académica Lucía Dammert y desarrollado por el investigador Esteban Arratia, estudia cómo las crisis de violencia en Colombia, México y El Salvador moldearon los discursos y promesas de campaña en procesos presidenciales entre 2002 y 2019.
El miedo, la inseguridad y la violencia criminal se han convertido en factores clave en la configuración del voto en América Latina. Bajo esa premisa nace el proyecto Promesas a prueba de balas: Crisis de seguridad y campañas presidenciales en América Latina (2002-2019), una investigación DICYT 2025 encabezada por la académica Lucía Dammert y cuyo desarrollo está a cargo del investigador Esteban Arratia. El estudio analiza cómo las coyunturas críticas de seguridad reconfiguraron las plataformas electorales en tres campañas presidenciales emblemáticas: Colombia (2002), México (2012) y El Salvador (2019).
“Este proyecto parte del reconocimiento de que las crisis de seguridad no solo afectan la vida cotidiana, sino que actúan como choques que modifican las prioridades del electorado y las estrategias discursivas de los candidatos”, explica Arratia. En los tres casos analizados, la violencia ejercida por actores armados no estatales sirvió como telón de fondo para campañas que terminaron definiendo nuevos rumbos en materia de gobernabilidad y seguridad pública.
Uno de los hallazgos centrales del estudio apunta a que los candidatos que resultaron electos, Álvaro Uribe, Enrique Peña Nieto y Nayib Bukele, utilizaron lo que Arratia define como “ambigüedad táctica” para posicionarse frente al tema de la seguridad. “No fueron completamente claros sobre cómo enfrentarían la violencia, lo que les permitió modelar sus discursos según la evolución del contexto y las expectativas del electorado”, explica el investigador. Según Arratia, esta ambigüedad no es casual, sino una estrategia calculada: “Depende de la gravedad, la intensidad y la naturaleza de la crisis. En contextos más graves, los candidatos tienden a ser más tajantes, pero siempre dejando márgenes de maniobra”.
La investigación se estructura mediante un enfoque comparado y se apoya en análisis cualitativos basados en teoría de juegos. “Cada campaña es entendida como una situación estratégica. Estudiamos cómo, a lo largo de las etapas de campaña, los candidatos adaptan sus promesas a través de debates, programas de gobierno, entrevistas y otras fuentes clave”, señala Arratia. Además, el estudio busca identificar patrones comunes entre los casos, para entender cómo las promesas se construyen, se transforman y qué grado de conexión mantienen con el escenario postelectoral.
Si bien el proyecto se centra en el análisis de campañas, deja abierta la puerta para reflexionar sobre el cumplimiento posterior de esas promesas. “Aunque esta es una investigación ex ante, damos luces sobre qué ocurrió una vez que los candidatos llegaron al poder. Algunas promesas se cumplieron, otras no. Algunas sirvieron para ganar, pero no fueron sostenibles en el ejercicio del gobierno”, comenta Arratia. En ese sentido, el estudio también permite pensar en los desafíos que enfrentan los gobiernos una vez que el capital político de la campaña se confronta con la realidad.
Uno de los principales desafíos del proyecto ha sido la recolección de datos, especialmente en el caso colombiano. “Colombia 2002 fue el caso más difícil por la disponibilidad limitada de material digital. Tuvimos que escarbar en archivos de prensa, debates antiguos, entrevistas. Afortunadamente, herramientas como YouTube o repositorios de medios nos han ayudado bastante”, comenta.
Además de su aporte académico, el proyecto busca tener un impacto político y social más amplio. Según Arratia, esta investigación entrega herramientas para entender el presente y futuro de las campañas en América Latina. “La próxima elección presidencial en Chile tendrá a la inseguridad como uno de sus ejes centrales. Este estudio ofrece claves para anticipar cómo se puede articular ese discurso, qué riesgos conlleva y qué enseñanzas nos dejan los casos de la región”.
Finalmente, el investigador destaca que el estudio encarna plenamente el sello de la Facultad de Humanidades. “Este proyecto representa el espíritu crítico, ético y latinoamericanista de la FAHU. No hay sesgo ideológico en la selección de los casos: nos interesa cómo operan las promesas de seguridad en distintos contextos, con distintos liderazgos. Y sobre todo, cómo la política responde o no a los temores ciudadanos”, concluye.
Con este proyecto, el equipo investigador busca aportar a una comprensión crítica de cómo los discursos sobre seguridad moldean el panorama político en América Latina, tanto en los procesos electorales como en la legitimación de las decisiones de gobierno. A través de un enfoque comparado, riguroso y contextualizado, la investigación reafirma el compromiso de la Facultad de Humanidades con la producción de conocimiento situado, pertinente y al servicio del debate público regional.
Créditos:
Redacción: Sofía Molina C.
Fotografías: Cedidas.
Edición: Luciano Guzmán N.