El académico del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile, Premio Nacional de Historia 2016, Dr. Julio Pinto, se refirió en La Tercera, a la entrevista, en que su colega William Sater, criticó al presidente Gabriel Boric, cuestionando su gestión como autoridad.
En ese contexto y tras una entrevista, el historiador señaló: “Cuando se dice que estamos básicamente igual que el Chile parlamentario, se induce a confusión: se dice que esto es lo mismo que un período en el cual la clase política, que era la clase dirigente en términos sociales, vivía de espaldas a las enormes problemáticas sociales del país y no se preocupaba de recogerlas. Tal vez habría sido más aceptable decir que esto se parece al período de ruptura del orden parlamentario”, indicó el profesor, tras las declaraciones de Sater, sobre la realidad política chilena.
Además, el Dr. Pinto, analizó los argumentos de su colega, en relación a los dichos sobre la vestimenta del actual presidente y su proceder en diversas gestiones: “Esta es otra línea argumental de Sater que yo califico directamente de ofensiva: plantea que estos son unos niños chicos, unos inmaduros, y que este es un caso de infantilismo; de un adolescente que despotrica contra los adultos y que llega para cambiarlo todo. ¿Y quién es el juez o el árbitro de qué es vestirse adecuada o inadecuadamente? Hay una línea de descalificación personal a Boric por su juventud, en que la juventud sería una señal de inmadurez y de ineptitud para hacerse cargo del gobierno de un país. Eso lo considero ofensivo, no sólo hacia la persona de Boric, sino hacia quienes están con él y a todos quienes votaron por él: no sé si el 56 % que lo eligió compartiría estos rasgos de infantilismo, de inmadurez y frivolidad, porque están dispuestos a sumarse a alguien que tiene estas conductas adolescentes. No es una ofensa ad personam, sino ad multitudem”, señaló el académico.
Sobre la descalificación generacional que se ha producido en la política chilena y el estallido social que inició en 2019, el historiador considera: “Las fórmulas que funcionaron más o menos bien durante un tiempo empezaron a agotarse y a fallar. Hay una serie de síntomas que, al menos desde la década del 2000, nos vienen avisando que hay elementos que no están funcionando bien, con el trasfondo de un modelo económico que también perdió impulso: ya no está ese consuelo de que estamos creciendo, que tenemos una vida materialmente más holgada. Eso también empieza a flaquear desde la crisis del 2008 y tiene que ver con los ciclos del capitalismo mundial”.
Y agregó: “Las diferencias generacionales son un dato de la vida humana y se expresan a todo nivel: desde la convivencia de los padres con los hijos hasta los grandes procesos políticos, pero no es la ganzúa que abre todas las puertas”.
Por otra parte y en relación al concepto de refundación, el profesor cree que la idea se puede vincular a lo que fue el periodo de dictadura en Chile: “Se está usando mucho, en la derecha sobre todo, esta idea de lo refundacional como un defecto o como un pecado: “Aspiraciones refundacionales”, como sinónimo de irresponsabilidad, de hacer las cosas mal, de soberbia, en circunstancias que, si hemos tenido un gobierno refundacional en Chile, es el de la dictadura: no sólo en sus propósitos, sino que en sus obras. No fue una revolución de izquierda, pero sin duda fue una revolución. Que quienes se sienten herederos de eso estén ahora rasgando vestiduras contra la refundacionalidad del gobierno de Boric o de la Convención, me parece al menos insólito”, indicó.
Puedes revisar la entrevista completa, aquí: bit.ly/3tMGVqf