18 Jun 2021 / Noticias /
Autoridades de la Facultad de Humanidades USACH se reúnen con coordinación académica de Red Humaniora

 

El nuevo Vicedecano de Investigación y Postgrado, Dr. Jorge Castillo, participó recientemente en representación de la Facultad de Humanidades en una reunión virtual con los actuales coordinadores académicos de la Red: el profesor Daniel Muñoz y las profesoras Ximena Azúa y María Victoria Soto, oportunidad donde ambas partes pudieron presentarse y conversar respecto a los desafíos y proyectos en común que se podrían generar a futuro.

En esta instancia, el nuevo decanato, que comenzó a ejercer sus funciones a comienzos de este año 2021, reafirmó su compromiso de continuar en colaboración permanente con Humaniora y con todos los programas que pertenecen a la Red, para así poder seguir fortaleciendo el intercambio académico entre los distintos programas de postgrado de nuestras áreas disciplinarias a nivel nacional.

Respecto a este y otros temas la nueva Decana de la Facultad de Humanidades USACH, profesora Dra. Cristina Moyano y el mismo vicedecano de investigación y postgrado, profesor Dr. Jorge Castillo, respondieron en conjunto algunas preguntas, para así poder conocer algunos detalles acerca de los planes y desafíos que tienen desde su casa de estudio con este nuevo equipo de trabajo, especialmente en el ámbito del postgrado.

 

¿Cuáles son sus principales proyectos y perspectivas para los programas de postgrado de la Facultad de Humanidades de la USACH?

Existen tres líneas de trabajo que podrían considerarse como proyectos vinculados con los postgrados:

La primera se relaciona con la interdisciplina. Consideramos que parte fundamental de la generación y desarrollo de programas adecuados a los escenarios, procesos y dinámicas contemporáneas se asocia con su abordaje desde perspectivas heterogéneas y articuladas, sensibles a la diversidad de manifestaciones y aspectos que las componen. En tal sentido, esta línea se vincula tanto con la creación de programas interdisciplinarios en el ámbito de las ciencias sociales y las humanidades, como con la promoción de la integración de instancias de esta índole entre los programas existentes.

La segunda se vincula con la distinción de los programas en el plano de los postgrados a nivel nacional. En este ámbito, distinción opera al menos en dos sentidos: como proceso de diferenciación de los programas en el campo de los postgrados en Chile, exponiendo y visibilizando sus especificidades y énfasis; y como la coordinación de esfuerzos a fin de lograr, en algunos casos, y mantener y superar, en otros, el reconocimiento de la regularidad y claridad de procedimientos mediante su acreditación.

Y la tercera, con la articulación entre el pregrado y el postgrado, así como entre instancias de formación continua y postgrado. Esto se asocia con considerar los desafíos impulsados por la misma universidad, como con las potencialidades que abre la articulación entre estas líneas de desarrollo.

 

¿Cómo evalúan la participación de su facultad durante los años que han sido parte de la Red Humaniora? ¿Consideran algún punto o tema importante por mejorar que permita seguir fortaleciendo la Red?

La participación en Humaniora por parte de la Facultad ha facilitado el desarrollo de contactos e intercambios entre estudiantes de algunos programas de postgrado, tanto hacia programas de otras universidades como por parte de estudiantes interesados(as) en programas de la Facultad. Esto, creemos puede intensificarse a partir de la visibilización de las redes que ha compuesto Humaniora y sus potencialidades para la diversificación de experiencias de postgrado a nivel nacional.

 

La situación sanitaria por el COVID-19 ha cambiado mucho el panorama educacional en todas sus áreas y ámbitos, en este sentido ¿Cuáles son las mayores desventajas y también posibles beneficios que pueden rescatar de la pandemia? ¿Cómo afecta esto a los procesos de la Red Humaniora?

Entre las desventajas asociadas al escenario de excepción definido por la pandemia se encuentra por supuesto la afección emocional, económica y vital en el país y múltiples zonas del mundo; la academia no es un espacio a-social, sino, por el contrario, se ve intrínsecamente implicada por estas transformaciones. No obstante, ello implica la consideración de procesos como los generados en la concepción misma de programas y su diseño, en el sentido de cómo los procesos que solemos concebir, por ejemplo, como de un carácter puramente biológico o social, son irreductibles a una única apreciación y se componen de modo complejo. Esto implica concebir programas que permitan el desarrollo de aproximaciones para atender a estos procesos. Asimismo, implica concebir cómo lo que, por ejemplo, Pierre Lévy, ha definido como virtualidad afecta los mismos programas: no solo en términos de la flexibilidad ofrecida por la generación de escenarios de formación mediante plataformas informáticas, sino, asimismo, considerando la posibilidad de crear programas mediante conexiones dinámicas y fluidas, antes difícilmente articulables, por ejemplo, entre distintas universidades y territorios.

 

Puedes revisar más detalles, aquí: bit.ly/3gGZfJy