Fuente: Portal ECO.
Esta movilización se ha desarrollado, al menos en sus inicios, sin un convocante central, sin orgánicas reconocidas, sin partidos políticos, sino que, levantando las consignas de movimientos sociales que en estas últimas décadas han acumulado experiencias de luchas y propuestas de transformación. Así es como, entre los muchos campos en disputa en la actual crisis, uno de los más relevantes es el papel que están jugando los sectores populares, o el “pueblo”, que ha retornado al espacio público.
En los territorios comenzaron a proliferar los cabildos, asambleas y trawunes, que en algunos casos provienen de convocatorias sectoriales, pero más masivamente se han desarrollado en los diversos barrios populares y de clase media tanto de Santiago como en todas las regiones, de norte a sur del país. Estos espacios territorializados han dado inicio a un “proceso constituyente” que ha ido produciendo acuerdos sobre los cambios irrenunciables que se requiere poner en marcha: fin de las AFP y mejora de las pensiones, recuperación de los “bienes comunes”, estado plurinacional, derechos sociales en salud, educación y vivienda, cambio de la legislación laboral, etc. Se ha iniciado de este modo un vasto proceso de deliberación social y político en que se comparten diagnósticos, se identifican demandas, se proponen cambios y se va afianzando la propuesta de un proceso constituyente en el cual sea posible repensar los fundamentos y sentidos de nuestro país.
En ECO, Educación y Comunicaciones, desde el inicio del Estallido vimos la necesidad de contribuir a visibilizar y producir análisis sobre lo que estaba ocurriendo. Al iniciarse este año 2020, nos propusimos reforzar esta línea de trabajo y dimos inicio a un pequeño proyecto de investigación, titulado: Memorias, Aprendizajes, y Proyecciones del Estallido Social. El proyecto tiene varios componentes, pero dos ellos muy relevantes: construir un Archivo Digital del Estallido y hacer un seguimiento, mediante entrevistas individuales y grupales a experiencias territoriales y comunitarias.
En este contexto, vimos la necesidad de elaborar una Bitácora y un Cuadro Analítico del Estallido, cuyos principales resultados presentamos a continuación. Sin embargo, una vez terminada esta tarea, nos dimos cuenta que nuestros productos eran clásicamente santiaguinos y centralizados. Las regiones apenas se nombraban y cuando lo hacíamos era de manera muy puntual y genérica. Entonces, decidimos consultar a nuestros conocidos y amigos de regiones, solicitándoles que nos hicieran llegar sus aportes. Hasta ahora hemos recibido trabajos –algunos muy documentados- de Arica, Valparaíso, Concepción y Puerto Montt, todos los cuales se incluyen en ese documento de trabajo.
Presentamos este documento de trabajo, cuando se cumplirá un año del Estallido Social (también denominada “revuelta popular”), en el entendido que se trata de un proceso de elaboración en curso, es decir no terminado, inicial, en camino. En este sentido, invitamos a compañeros de Colectivos, estudiantes de Historia y de Ciencias Sociales a que nos hagan llegar sus aportes para ir completando una “mirada nacional”.
Sabemos que mucha información ha circulado por redes sociales, que se convirtieron en genuinos “medios de comunicación” en un país en que el control u omisión de la información es parte de la política oficial y de los propietarios de los medios. Para ellos, el pueblo no es un sujeto colectivo de acción social y política, salvo cuando altera el orden público. Por el contrario, nuestras iniciativas –y, en particular, las bitácoras- buscan devolver y reforzar la información que muestra a un “pueblo en movimiento”, que hace su propio camino movilizándose, organizándose y deliberando, sin el cual no habrán salidas políticas para Chile.