14 Nov 2017 / Noticias /
Destacado politólogo presentó obra que propone una nueva interpretación de la historia política chilena del siglo XX

Comunicaciones y Extensión Facultad de Humanidades | Texto, Enzo Borroni Ricardi  – Fotografía, Antonio Hernández Cabrera.

 

El profesor de la Universidad Nacional San Martín (UNSAM), Marcelo Cavarozzi, llegó a nuestro país con el propósito de compartir su trabajo “Los sótanos de la democracia chilena, 1938-1964”, una revisión de la historia política de Chile en el siglo XX, iniciativa enmarcada en la segunda edición de la Colección Enzo Faletto, un convenio de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago con la Editorial LOM.

El destacado intelectual presentó su obra basada en temas centrales de la consolidación del régimen democrático en la década del 30’ y el proceso de fortalecimiento y expansión a través de la creación de CORFO.

“Esta segunda publicación de la colección es muy importante para nosotros porque pone en valor el trabajo de autores internacionales, preferentemente latinoamericanos, que ven en Chile una excepcionalidad regional. Nuestra particularidad como sistema político consiste en una compleja combinación de hiperpresidencialismo, multipartidismo y estabilidad institucional” nos  comenta el Decano de la Facultad de Humanidades, Dr. Marcelo Mella Polanco.

La investigación relata las complejidades del proceso de democratización durante coyunturas cruciales, como los gobiernos radicales, el segundo gobierno del general Ibáñez y  la presidencia de Jorge Alessandri. Una particularidad del texto es analizar el desarrollo político del país a partir de factores que trascienden el juego político electoral de los partidos concentrándose en ciertas características del régimen político como también en factores y resultados del modelo de desarrollo económico.

La obra fue presentada en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago y posteriormente en la Feria Internacional del Libro (FILSA 2017),  y contó con los comentarios de la historiadora Sofía Correa Sutil y el sociólogo Manuel Antonio Garretón.

El profesor Cavarozzi nos comentó que esta investigación se inició cuando él estudiaba su Doctorado en la Universidad de Berkeley, lugar en donde se relacionó con distintos politólogos chilenos con los que logró desarrollar  una mirada comparativa acerca del funcionamiento del Estado y las clases burguesas de Chile y Argentina.

En su libro usted expone dos interpretaciones diferentes a lo que convencionalmente se ha desarrollado en la historiografía política de nuestro país del siglo XX ¿Nos podría detallar estas divergencias?

Hay básicamente dos líneas de  discrepancia con lo que son las interpretaciones  más convencionales acerca del periodo que va del Frente Popular hasta 1964. La primera tiene que ver con  la idea que en esos años funcionaba plenamente una democracia en Chile, cosa con la que no estoy de acuerdo, esencialmente porque en la década del 50’ había un electorado muy restringido en comparación con países de América del Sur (Brasil, Argentina, Uruguay)  y lo otro, por el peso que tenían los dos partidos marxistas, tanto el Socialista como el Comunista, por lo que hubo una práctica anticomunista muy  férrea a partir paradojalmente o en coincidencia con el Frente Popular,  cosa que a pesar que los tres presidentes radicales fueron electos gracias al apoyo de los partidos de izquierda, sistemáticamente se persiguió al comunismo, incluso antes de ser aplicada la Ley de Defensa de la Democracia por parte de Gabriel González Videla.

¿Y la segunda línea de discrepancia?

La segunda línea tiene que ver con la tendencia de pensar que el Estado chileno a partir de la década del 30´ se fortalece, y dentro de esa interpretación juega  un rol muy importante  la Corporación de Fomento de la Producción CORFO, dando apoyo al sector industrial y otros sectores empresariales, lo cual es correcto, sobretodo en la década del 40’, pero que según mi argumento esto fue desarrollado dentro de un enclave burocrático,  tecnocrático, en donde tuvo poco que ver las políticas de los presidentes radicales, en realidad eso se da en medio de la casualidad, porque había un grupo de ingenieros y técnicos que venían del gobierno de la dictadura de Ibáñez , incluso algunos que provenían de la segunda presidencia de Arturo Alessandri y que finalmente  desarrollan toda la  concepción de la CORFO y la implementación de las políticas de ella y el apoyo al sector industrial.

¿Esto que usted propone, qué consecuencias trae a la política chilena de la época?

En ese sentido el argumento que desarrollo en torno a ese enclave, es que el  Estado chileno siguió siendo muy débil, circunstancia que se marcó aún más con la inflación, que fue un fenómeno que ninguno de los gobiernos radicales, tampoco después el de Ibáñez en el 52’  y  el de Jorge Alessandri el 58’  pudieron domar, fue una situación indisciplinable de la economía política chilena y su persistencia (la de la inflación) fue la razón para hacer del Estado chileno muy débil y  a la vez bastante colonizado por los empresarios.

¿En qué aspectos se podría considerar su trabajo como un aporte al debate de la historiografía de la política chilena del Siglo XX?

El aporte al debate que puede entregar este libro es que efectivamente si uno toma interpretaciones clásicas, incluso algunas de las más inteligentes que hubo de la economía política chilena, como por ejemplo la de Aníbal Pinto (Chile un caso de un desarrollo frustrado, 1959 y  Chile una economía difícil, 1964) desarrolla la idea que durante los años radicales hubo un ascenso de un Estado mesocráctico fuerte y con un proyecto, pero considero que eso era un tanto exagerado.  Un segundo aporte, sería que  junto a la operación  y al despliegue de un sistema partidario que iba  desde los conservadores y liberales en la derecha,  hasta los socialistas y comunistas en la izquierda, que da la apariencia de un juego político muy amplio, ese fenómeno iba acompañado por la existencia de fuertes restricciones  a la participación política de los sectores populares, por un lado, y por el otro,  por la persistencia desde la década del 20’ y  hasta  la década del 60’,  de fuertes tendencias antipolíticas en la sociedad chilena, que se encarnaron en dos personajes que tenían poco que ver entre sí, pero que sin embargo compartían  este rasgo de la antipolítica, que eran  Carlos Ibáñez del Campo  y Jorge Alessandri.

Finalmente, el profesor Cavarozzi comentó sobre la colección Enzo Faletto que llevan adelante la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago y la Editorial LOM, indicando que  “Me parece una iniciativa fenomenal, francamente.  Textos de gran calidad que hacen grandes aportes a la historiografía  y análisis de la política chilena y además, lo hacen en nombre de ese gran sociólogo que fue Enzo Faletto, porque él fue uno de los grandes pensadores latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX y en ese sentido que la Usach honre la memoria de Faletto me parece un gesto extraordinario”.