Textos, Enzo Borroni R. / Fotografía, Comunicaciones FAHU
El martes 4 de junio se realizó en la Sala de Videoconferencia del Edificio Citemcamp, la charla “Traducción y derechos humanos: una relación invisibilizada” a cargo del profesor Raúl Molina Mejía, ex traductor en la Unidad de Actas de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La actividad fue organizada por la Cátedra Traducción, Derechos Humanos y Organismos Internacionales, de la Licenciatura en Lingüística aplicada a la Traducción, que lleva adelante la profesora y ex estudiante de la Unidad, Mabel Cobos.
El defensor de derechos humanos narró sus experiencias de trabajo político-diplomático ante la ONU, la OEA y gobiernos de diversos países, además de como contribuyó a los esfuerzos por lograr el Acuerdo de Paz Firme y Duradera que se firmó en Guatemala en 1996.
El experto indicó que para lograr dicho objetivo la traducción fue fundamental ya que “juega un rol muy importante porque apunta a cómo se comunican las personas que hablan diferentes idiomas y así como se logran entender, negociar y finalmente llegar a acuerdos”.
El especialista se refirió a la importancia de haber trabajado en la ONU “es una enorme oportunidad, aparte de poner en práctica todo lo que se ha aprendido en los estudios se empiezan a adquirir una serie de conocimientos y prácticas que la organización permite”.
Consultado sobre la vida política de las y los traductores, indicó “Es variable. Hay quienes efectivamente tienen una vida de neutralidad política y hay quienes estamos comprometidos con una causa, pero eso lógicamente no se traduce en el trabajo que hacemos, porque hay que ser profesional y ético, siendo estos aspectos fundamentales para poder reflejar lo que se dice exactamente. Ya después uno puede interpretar y criticar de lo que escuchó.
El profesor Molina Mejía culminó su presentación indicando que la traducción solo fue una parte de su labor pero que fue primordial para comprender a los otros actores “Fue esencial para comenzar a convencer a la comunidad internacional sobre la represión en mi país. Comenzamos en 1982 y terminamos el año 1998, después de dos años de firmados los acuerdos de paz. Ahí pedimos un seguimiento, pero lamentablemente no se realizó y el resultado es que en Guatemala mueren 17 personas diarias por asesinato”, concluyó el experto.
Cátedras participativas
La profesora de la cátedra Mabel Cobos, se refirió al objetivo de estas actividades “La traducción muchas veces es transversal e intersecta otras disciplinas. La idea fue que los estudiantes pudieran reconocer nuevos espacios de trabajo y que no solo se vinculen a empresas o a cuestiones técnicas o médicas, sino que también puedan acceder a ámbitos tan interesantes como las relaciones internacionales y de los DDHH”, indicó.