23 Oct 2021 / Noticias /
Dr. Maximiliano Salinas en debate sobre ciencia y amor: “El amor tiene que tener una dimensión de felicidad, de alegría, y que también tiene que expresarse con una dimensión cómica”

El teólogo y académico de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Maximiliano Salinas, participó en debate Todo tiene su ciencia, realizado por el canal de televisión del Festival de la Ciencia FECI 2021 y transmitido por el canal de YouTube de Ciencia Pública, donde abordó desde la mirada teológica e histórica, el concepto del amor.

El espacio de conversación fue moderado por el periodista Ignacio Franzzani y contó con la participación de distintos especialistas en Filosofía, Psicología y Neurociencia.

Para entender el vínculo entre el amor y la dimensión cómica, como parte de este debate, el historiador reflexionó: “Este vínculo se percibe en la historia de las religiones. La tradición judeocristiana asocia el amor con la dimensión cómica. El hijo de Abraham y Sara se llama «Isaac», risa, en hebreo. El amor de Yahvé por su pueblo, desencadena la risa de Sara, al saber que puede engendrar un hijo a su avanzada edad. La risa es el júbilo del pueblo al saberse libre mediante el amor de Yahvé de las cadenas de Babilonia: «Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía estar soñando; nuestra boca se llenaba de risa» (Salmo 126). El amor no puede ser descontento. Sería una contradicción en los términos”, indicó.

El Dr. Salinas considera que el amor debe tener una dimensión cómica, en relación a un artículo escrito sobre Atenea: “El amor tiene que tener una dimensión de felicidad, de alegría, y que también tiene que expresarse con una dimensión cómica y es lo que en Chile se reniega, por eso puse el título, al artículo “De atenea a Afrodita”, vale decir, de la diosa Atenea, una diosa más bien de la guerra, de la defensa del poder”, sostuvo.

En relación a este aspecto cómico que se vincula al amor y que muchas veces, se encuentra solapado, el académico reflexiona: “Yo creo que tiene que ver con una condición histórica muy “jodida”, en la que siempre hemos estado viviendo, donde no nos podemos mostrar tan cara a cara y hay que jugar con elementos más crípticos y ahí el humor negro se transforma… Uno puede ir cayendo en formas degradadas y no en esa risa más espontánea, que es la risa saludable, que asocio más a la experiencia amorosa plena”, aclaró.  

Durante la conversación, también se analizó el amor y la sexualidad. En ese contexto, el teólogo considera ciertas dificultades que se vinculan y que surgen en la antigüedad: “El Occidente cristiano y moderno volvió problemática y tensa la relación entre el amor y el sexo. El amor se desencarnó y el sexo perdió su potencial de expresividad amorosa. Peor aún, el amor se volvió insignificante e intrascendente, y el sexo pasó a ser un lugar de dominación y violencia de los cuerpos. El amor y el sexo resultaron degradados. Una nueva recomposición de la humanidad exige un reencuentro luminoso entre amor y sexualidad, donde el amor vuelva a expresar la centralidad de lo humano, y el sexo sea una manifestación privilegiada de la condición humana, sin represiones ni tabúes”, añadió

Además, el historiador se refirió al amor que inundó en Gabriela Mistral y en las dificultades que experimentó en aquella época: “La experiencia amorosa podría darnos pistas y elementos muy novedosos y distintos… Ella sufrió y gozó la experiencia amorosa, pero con una intensidad y plenitud que supera la cuestión auto determinada por una cierta perspectiva… Gabriela, es una forma de entender el amor y ahí está su esencia esencial, pero que es rebosante de muchos paradigmas, al cual estamos de repente sometiéndonos”.

“El amor es una cosa tan integral y tan sustantiva del acontecer humano que podemos tratar el tema de la pareja, pero antes, debemos poder abordar el tema del amor tal como lo estamos sintiendo en la sociedad chilena… Lo amoroso, como constitutivo del acontecimiento humano, está colocado delante de nosotros, o lo escabullimos”, añadió el académico.

Por otra parte, el profesor reflexionó sobre la escasa presencia del amor en su formación como Teólogo e Historiador y citó al escritor Humberto Maturana: “Las mallas académicas no han visibilizado el protagonismo del amor como ciencia y conciencia de lo humano y lo divino. Enfocadas en un adiestramiento en la  racionalidad del pensar -a nivel teórico, estructural o institucional- se desatiende la matriz de sentido de la humanidad y de la divinidad. «Si no hay amor, si no nos movemos en el amor en nuestros encuentros con otros, no hay fenómeno social, y la opción es la indiferencia que permite cualquier mecanismo de negación del otro, desde la competencia al odio.» (Humberto Maturana, Transformación en la convivencia, 2021), afirmó.

Puedes revisar más detalles de esta conversación, aquí: bit.ly/3G97ABM