Textos, Miguel Madrid / Fotografía, Archivo Departamento de Comunicaciones USACH
La Sociedad Endocrina de Estados Unidos dio a conocer esta semana una investigación tildada como “exitosa” en la creación de una píldora anticonceptiva diseñada para hombres. Lo anterior permitiría, de aquí a diez años, que esta pastilla esté disponible en el mercado, algo que abre nuevas posibilidades para que las parejas heterosexuales puedan decidir cuándo embarazarse.
De acuerdo con la Dra. Diana Aurenque, académica del Departamento de Filosofía de la Universidad de Santiago y especialista en filosofía de la medicina, dicho avance es positivo en la medida que, dentro de un contexto de pareja estable, “hombres y mujeres deben tomar acciones individuales para decidir mejor cuándo ser padres”. Además, afirma que los hombres, con este tipo de métodos, podrían ser más partícipes de las decisiones que se toman sobre al tema.
Lo importante, insiste la Dra. Aurenque, es que las decisiones sobre cuándo o no ser padres y los métodos anticonceptivos a utilizar sean tomadas entre ambas partes, para que ni la salud ni la felicidad de ambos se vea afectada. “No es justo que la mujer pase por tratamientos hormonales que afecten a su cuerpo, su salud mental en muchos casos, y que el hombre, pudiendo tomar otras opciones, no lo esté haciendo”, enfatiza.
Además, la experta sugiere “desarrollar otros aspectos que tienen que ver con la confianza y la responsabilidad en las parejas”, teniendo en cuenta que algunas mujeres podrían resistirse a la idea de que los hombres se hagan cargo de usar una píldora anticonceptiva.
Con todo, advierte que “la pastilla anticonceptiva, en los últimos diez o veinte años, ha tenido bastante mala fama. Si bien en Chile todavía se consume en una cantidad considerable, en países europeos como Alemania existe bastante reticencia a tomar estas píldoras por los cambios hormonales que produce, como bajas en la libido de las mujeres, cambios en el estado de ánimo, como la depresión, y trombosis, siendo esta última un riesgo importante que tienen que asumir cuando usan este método”.
Rol estatal
La académica agrega que el Estado podría jugar un rol importante en materia de equidad respecto a la paternidad y en los roles de cada género. Por ejemplo, en facilitar a los hombres el acceso a métodos anticonceptivos en la salud pública o entregar educación sexual. A su vez, disminuir brechas entre hombres y mujeres respecto a los planes de salud de las Isapres o que las mujeres jóvenes no se les impida recurrir a cirugías esterilizantes, en caso de no querer ser madres.
Por último, la Doctora en Filosofía recalca lo valioso de “generar estas sensibilidades”, pues “son decisiones que atañan a la pareja, que deben ser conversadas y apoyadas por los dos”, concluye.