En el marco de la convocatoria 2025 del Fondo VIME Estudiantil, la Facultad de Humanidades reconoció a diversos proyectos que buscan fortalecer el vínculo entre la Universidad y su entorno. Una de las iniciativas seleccionadas es “Raíces de Armonía: talleres de bienestar, cuerpo y naturaleza”, propuesta liderada por Ámbar Beltrán, estudiante de cuarto año de Psicología Usach, que se está desarrollando con adultos mayores del programa Activa Mayor de Estación Central.
El proyecto surge de una observación crítica del modelo de salud vigente y de las condiciones de vida en entornos urbanos. “todo nace desde la necesidad de lo que veo en la urbanidad, habitando la ciudad de Santiago de Chile, la universidad, y observando el malestar que hay en la salud de las personas, y sobre todo cómo se pone el rol de la salud en algo que está afuera, en algo que está en ciertos profesionales, en cierto poder biomédico también, sin tomar más autonomía y gestión de lo que es nuestra propia salud, nuestro cuerpo, nuestra relación con la vida” explica Ámbar. Frente a este diagnóstico, su iniciativa busca recuperar una noción más comunitaria, integral y participativa del bienestar.
Raíces de Armonía contempla seis sesiones de una hora y media cada una, donde se abordan temas como el paradigma de salud, el vínculo con el cuerpo, la vida cotidiana, el territorio, la proyección de futuro y la integración de aprendizajes. “Nos preguntamos qué es la salud realmente, qué es el cuerpo, cómo se relaciona el cuerpo a la salud, qué es la comunidad para nosotros, cómo se relaciona la comunidad con el territorio”, comenta la estudiante.
El programa se realiza en sedes barriales asociadas a Activa Mayor, una red que trabaja con adultos mayores de la comuna. “Casi todas son mujeres, algunas viudas, y la mayoría viven solas en sus hogares y trabajaron toda la vida, entonces ni siquiera se conocían como vecinas. Y este es un espacio que ellas mismas han mencionado de lo necesario que es y de lo feliz que están”, señala Beltrán.
Las sesiones se diseñan desde metodologías participativas, artísticas y lúdicas, inspiradas en la pedagogía liberadora de Paulo Freire. Se utilizan dinámicas corporales, meditaciones somáticas, dibujo y juegos para facilitar una reconexión con el cuerpo y el entorno. “En una sociedad en la que se está tan escondida y tan enfocada en la mente, es un espacio súper necesario volver a eso. Incluso cuando en personas mayores es doloroso, es frustrante, (…) es súper necesario generar esa conciencia corporal y creemos que va a favorecer bastante en los talleres, afirma.
La estudiante destaca el carácter experimental de la propuesta y la motivación por extenderla a otros grupos etarios. “Esta es nuestra primera versión, pero esperamos seguir con más talleres. Son personas súper vulneradas socialmente en cuanto a su relación con la salud, con la comunidad, sufren bastante abandono en esta época y también todo esto en un contexto urbano, donde claro, uno puede decir y ¿dónde está la naturaleza? (…) entonces es como un espacio para conectar con la naturaleza interior de nuestro cuerpo ”.
Ámbar no está sola en este proceso. El proyecto es apoyado por el profesor Gabriel Prosser Bravo, y cuenta con la colaboración de las estudiantes Marta Paredes y Alicia Cuevas. Además, el equipo forma parte de NAPA (Núcleo Latinoamericano de Aprendizaje, Psicología y Acción Climática), colectivo que promueve la vinculación comunitaria desde una perspectiva de justicia social y ambiental.
Respecto a su experiencia como estudiante y responsable del proyecto, Beltrán expresa: “Me siento súper emocionada y agradecida. Es el primer fondo que me gano en mi trayectoria (…) inspirada a que sí se pueden hacer estas cosas, aprovechar las oportunidades que da la universidad, atreverse a hacerlo, y sobre todo a no pensar que el camino profesional empieza al salir de la carrera, sino que ya desde acá y desde la misma Usach, que nos da estas posibilidades, tenemos la oportunidad para generar instancias, proyectos e iniciativas que ayuden en el cambio”
Finalmente, la estudiante destaca la importancia de espacios de reflexión previa a las intervenciones: “Muchas veces actuamos desde la urgencia, pero también necesitamos preguntarnos qué estamos entendiendo por salud, por cuerpo, por comunidad. Solo así podremos construir prácticas que respondan a lo que realmente necesitamos”.
Créditos:
Redacción: Sofía Molina C.
Fotografías: Cedida.
Edición: Luciano Guzmán N.