En un mundo marcado por la incertidumbre humana con respecto a la explicación de las cosas y el contexto que lo rodea, Sebastián Briceño, académico y profesor asociado del Departamento de Filosofía de la Universidad de Santiago, profundiza a través de su proyecto Fondecyt 2024 en la naturaleza misma de la explicación de las cosas del mundo, a la par que resalta la importancia de hacer humanidades en el mundo de hoy.

El profesor de Pedagogía en Filosofía y doctor en la materia por la Universidad de Nottingham enfatiza en las preguntas trascendentales que sustentan su proyecto: “Uno típicamente, cuando busca explicaciones, pregunta el por qué de algo. En metafísica, característicamente esas preguntas son más radicales o se llevan hasta donde más puede ser, como cuando un niño consulta insistentemente el por qué de las cosas”. Lo anterior es potenciado por el docente al resaltar lo fundamental de la metafísica en el marco del proyecto: “La metafísica aquí se pregunta por la esencia de esas causas. Intenta indagar más intensamente sobre los fundamentos de las cosas. Intenta explicar todo fenómeno aparente en virtud de otras cosas”, aseguró.

El proyecto es una continuidad de un trabajo más extenso, y que hasta el momento “ha tenido avances principalmente en asuntos administrativos, como tramitar convenios, y en cuestiones locales. Hemos investigado sobre la naturaleza de la explicación a nivel de los argumentos, por ejemplo, para probar la existencia de Dios; hemos investigado cuestiones locales relativas a los límites de la explicación metafísica cuando se trata de justificar la naturaleza misma de lo que es una explicación, y así sucesivamente. La idea ahora es ir a un nivel más general de explicación, y encontrar un patrón común a esas investigaciones locales que se han hecho”, indica el académico.

En un contexto en el cual la inmediatez y la instantaneidad priman, el especialista en metafísica indica que, en el marco del impacto de su proyecto, “soy un poco escéptico en cuanto a la búsqueda de efectos inmediatos que puedan tener las investigaciones de humanidades en la sociedad. No es que no tengan efectos, yo creo que toda idea en general los tiene, y también repercusiones sociales. En filosofía a veces los efectos son indirectos, inesperados, no inmediatos”. Adicionalmente, refuerza esta idea señalando que la finalidad de las humanidades no es necesariamente instrumental, sino que “son una expresión de nuestras más altas facultades, nuestra razón, capacidad de raciocinio y de ponerla en práctica. No hay nada de malo en eso si no tiene un efecto práctico”, aseveró.