14 May 2018 / Noticias /
Lídia Jorge: “El Traductor no es un cliente, es el mejor lector de un Escritor”

Comunicaciones y Extensión Facultad de Humanidades | Texto, Enzo Borroni Ricardi  – Fotografías, Antonio Hernández Cabrera.

 

Lídia Jorge,  una de las escritoras portuguesas más galardonadas y traducidas del panorama actual,  visitó el Centro Camôes de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile, en el marco de las celebraciones de la “Revolución de Los Claveles”, instancia histórica que un 25 de abril de 1974 dio término a la Dictadura Salazarista, que dominaba Portugal desde 1926.

La narradora nació en el Algarve (al sur de Portugal) en 1946. Se licenció en Filología Románica por la Universidad de Lisboa. Ejerció como profesora en Angola y Mozambique, lo que sería crucial en su obra. Sus temas literarios preferidos son las mujeres, los problemas colectivos de su país y los cambios en la sociedad portuguesa después del hecho histórico del 25 de abril.

Hoy cuenta con más de 20 publicaciones entre novela, cuentos, literatura infantil, ensayos, entre otros y en su palmarés literario destacan el  Premio de la APE (Asociación Portuguesa de Escritores – Grande Prémio do Romance e Novela da Associação Portuguesa de Escritores) (2002) y el Premio Internacional de Literatura Albatroz de la Fundación Günter Grass (2006).

Invitada por la Embajada de Portugal, el Lectorado del Centro Camoes I.P. en Chile, con el apoyo de la Cátedra Roberto Bolaño de la Universidad Diego Portales y la Cámara Chilena del Libro, llegó hasta nuestra Facultad para ofrecer una oportunidad única a los estudiantes de Licenciatura en Lingüística Aplicada a la Traducción en Inglés-Portugués quienes intercambiaron impresiones con la literata  que visita por primera vez nuestro país.

Sobre literatura y política: Lídia Jorge, ciudadana del mundo.

A su entender ¿Qué tienen en común los pueblos de Chile y Portugal?
Primero ese sentimiento de isla, que nos hace gente muy sufrida, muy hacia adentro,  melancólicos, respetuosos, autocríticos. Nosotros al saber de la historia reciente de Chile nos sentimos muy cerca. Hay muchos portugueses que vinieron durante el gobierno de Salvador Allende en una época en que nosotros todavía teníamos la dictadura y después volvieron a Chile cuando estábamos en democracia, entonces tenemos un paralelismo constructivo. Para los portugueses Chile es un símbolo, es una alegoría política para nosotros.

¿Qué significó el 25 de abril de 1974 para los portugueses y que similitud le encuentra con el 11 de septiembre nuestro?
El 25 de abril fue una revolución vencedora porque fue una revolución sin sangre. Nosotros no queríamos que ocurriera lo que había pasado un año antes en Chile, a pesar que hubo riesgo de que fuera así. Santiago de Chile tuvo presencia en nuestras calles, fue como decir, lo que pasó en Chile aquí no, no queríamos nada parecido a Pinochet. En cierta forma hay como un agradecimiento de los portugueses a la historia chilena porque fue un ejemplo dramático lo que ocurrió con vuestra revolución.

¿Cómo ve a la sociedad portuguesa actual en un mundo globalizado y con una economía neoliberal que es supremacía en el mundo?
Hay varios,  y uno de esos es que nuestro ritmo no es el de los países nórdicos europeos. Hay una especie de desprecio de estos países más la Alemania contra Portugal, España, Grecia, Italia. Somos un país pequeño que tuvo una crisis enorme cuando se impuso la economía de austeridad, pero en este momento hay esperanza, porque Portugal se transformó en un país de acogida al haber una coalición de izquierda en el poder al contrario de todo lo que está ocurriendo en Europa y el resto del mundo donde son neoliberales de derecha. Cambió el ritmo económico, el desempleo bajó, las nos dan más créditos, pero igual sabemos que estamos muy cerca de otros peligros, la Guerra en Medio Oriente, por ejemplo. Nosotros participamos de este drama, estamos muy cerca de la zona de los desplazados, nosotros recibimos refugiados, entonces funcionamos como un oasis en este momento, pero al mismo tiempo sabemos que todo es transitorio, los ojos están abiertos.

La mujer es un personaje que ocupa un lugar de importancia en sus libros ¿Cómo ha visto la evolución del mundo femenino y qué cree que está faltando para generar una real igualdad entre géneros?
Falta mucho, porque el mundo neoliberal viene en contra la emancipación de la mujer. Ellos solo ven el producto final, el producto inmediato y no se respeta mucho la diferencia entre hombre y mujer. Esto se nota mucho en temas como la maternidad en donde el mundo neoliberal excluye a las jóvenes en el trabajo porque serán madres. Además, si se dan cuenta la familia al separarse siempre se queda con la mujer (…) como una vez me comentó un cineasta “La mujer es un territorio ocupado” y eso  solo es posible cambiarlo cuando la sociedad se transforma con la ayuda de todos los hombres y las mujeres comprendiendo que hay una diferencia que debe ser respetada como un estado de derecho. Hoy las mujeres acceden a los mismos estudios, tiene las mismas clasificaciones, pero después la biología hace que en este mundo tan pragmático y financiero la mujer se vea como una obrera de segunda clase. Por último, una cosa es la emancipación de la mujer en occidente y otra muy diferente en el oriente. Hace no mucho las mujeres del mundo occidental estábamos igual, la emancipación y la igualdad son una utopía que debemos mantener muy alto.

“Es muy interesante que la Universidad de Santiago tenga un Centro de Lenguas Camôes”

¿Qué opinión tiene usted que exista un Centro Camôes aquí en la Universidad de Santiago de Chile?
Para mí es muy interesante porque Portugal no tiene un gran poder económico, todo se hace con un esfuerzo enorme, nosotros somos el pariente pobre de Cervantes. Los portugueses sabemos los esfuerzos que se hacen por tener profesionales de la lengua portuguesa en el exterior, de hecho a mí la profesora Vera me decía, es muy modesto este espacio y lo es, pero para mí es muy interesante porque lo veo como un espacio de conquista, un triunfo para nuestro país.

¿Cómo fue la experiencia de haber compartido con futuros traductores?
Lo primero que me percaté es que la gente que hoy ha venido a esta charla tiene mucha alegría. Plantearon cosas muy interesantes, demostraron interés por mi punto de vista sobre los traductores, las diferencias entre traducción técnica y  poética,  y la cultura profunda que existe entre ellas que está detrás de la lengua. Pude hablar de mi experiencia directa con los traductores, les conté mis historias, les dije que el traductor de libros literarios es un gran amigo porque es el mejor lector que podemos tener los escritores, es un escritor muy cercano, es el mejor lector, sin dudas. El traductor no es un cliente, es un amigo y cuando un traductor literario es muy bueno son muy solicitados por los escritores y por lo mismo serán bien remunerados.