Señor Director:
“La convención no puede esperar”, escribió Paula Escobar en una columna en La Tercera, señalando criterios como la prioridad de la elección de convencionales, el timing político, la calidad del debate político en instituciones debilitadas, y la desigualdad que se ha visto profundizada en el contexto de la pandemia. Y no puedo si no estar de acuerdo con la oportunidad y la pertinencia de su preocupación. Es un tema que hemos venido planteado con insistencia, desde la academia y centros de estudio.
Es así como desde el primer debate de postergación de elecciones a pocos días de declarada la pandemia a nivel global y los primeros casos de Covid en Chile hemos concurrido en el análisis comparado y de propuestas que hagan factible el desarrollo de elecciones en contexto de pandemia e incertidumbre. Porque si hay algo que el 2021 nos enseña, es que estas condiciones ya no son excepcionales, si no que debemos tomarlas como una nueva realidad. En ese contexto, es de responsabilidad del gobierno y el Estado explorar todas las alternativas, en conjunto con la sociedad civil, para garantizar los derechos políticos y civiles, de entre los cuales el derecho a elegir y ser elegidos, es de los sustantivos para asegurar la igualdad política.
De acuerdo con la investigación de IDEA Internacional, “Visión global de COVID-19: Impacto en las elecciones”, desde marzo de 2020, 78 elecciones se han pospuesto y 113 se han realizado. Los países han tomado distintas medidas para asegurar los derechos políticos de sus ciudadanos, al mismo tiempo que se aborda la pandemia.
Por lo anterior, creemos que se deben tomar prontamente todas las medidas para asegurar las elecciones del 15 y 16 de mayo. “Ya no hay excusas para postergar”
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