«El error fue olvidarse de cuáles son nuestros símbolos», dice respecto del debate por íconos del estallido. «Hay una serie de cuestiones que se levantaron, desde la heroización de la `primera línea’, que siempre encontré una ridiculez», añade.
Para Diana Aurenque, doctora en Filosofía y académica de la U. de Santiago, el asesinato de los tres carabineros en Cañete marcó un punto de inflexión. Y reaccionó proponiendo en cartas a «El Mercurio» y en sus redes sociales un nuevo pacto Ejecutivomilitar, que acumuló cientos de reacciones. La filósofa es doctorada en la U. de Friburgo, Alemania, país donde vivió buena parte de su formación profesional. En su cabeza no solo tiene fresco cómo es la vida en un país desarrollado, sino también cómo allá han cargado con la experiencia del autoritarismo. La situación en Chile le preocupa.
Y lo que la llevó a plantear la idea, cuenta, fue reconocer, por un lado, que acá «pareciera que las fuerzas de orden necesitan apoyo, lo están pidiendo voces transversalmente», y, por otro, un contexto donde en la región ve señales autoritarias. «Pensé en un justo medio (… ). Pensé qué tal si las confianzas se restituyen, qué tal si Boric escucha esta demanda ciudadana, y colabora de manera más estrecha con el Ejército. Para mí, simbólicamente sería muy potente», explica. Y añade: «Creo que se podría hacer ese esfuerzo y no tener tanto miedo a los militares».
¿ Cree que el Presidente Boric podría dar esa señal?
El único que puede hacerlo de una forma poderosa es él. Si la seguridad es el gran tema es porque el miedo es lo que gobierna la sensación. Y todos sabemos que con miedo decidimos muy mal (… ). Me preocupa que por miedo se tomen decisiones cada vez más antidemocráticas, cada vez más a la Bukele. Hay una demanda que está no siendo respondida, quizás por temores históricos, para no traicionar a ciertos grupos. Me puedo imaginar que el PC estaría en contra.
¿ El Gobierno tendría que asumir ese costo?
En algunas respuestas la gente dice, legítimamente, «no podemos hacer ese pacto, (los militares) tienen que primero pedir disculpas (… )». Yo entiendo que para la izquierda más profunda, la que sufrió con torturas, detenidos desaparecidos, ver un tanque en la calle les provoque dolor (… ), pero hay que entender que los militares no son enemigos per se. Fue una etapa de la historia que ojalá nunca más se repita, que las investigaciones sigan, pero no debería sentirse que es una traición.
¿ Ese pacto sería una reconciliación definitiva entre civiles y uniformados?
Nada es definitivo, pero al menos podría ser un modo de trascender lógicas maniqueas y atrincheradas en que nos hayamos, donde unos se estilizan como amigos, los buenos, y otros como enemigos, los malos. Quizás sea momento de cerrar y abrir otro capítulo respecto de una fisura que nos daña desde hace 50 años.
«No se trata de `borrón y cuenta nueva’, sino de un pacto entre dos altas esferas del poder, el Ejecutivo y los militares, en que ambas vuelven a confiar y cooperan por un bien mayor, Chile y su seguridad, y donde ambas partes se comprometen a que nunca más un conflicto social o político interno puede ser resuelto por las armas o la violencia; que no hay razones políticas, ni de derecha ni de izquierda, que justifiquen jamás un golpe de Estado».
«HABITAR EL CARGO»
El Presidente ha dado un giro en materia de seguridad, pero hay sectores que no le creen…
Desde la vuelta a la democracia, la policía había sido una institución muy bien vista, proba. Otra cosa, creo, es la experiencia de Boric y su generación, esta animadversión contra carabineros a propósito de la experiencia de las marchas, con Fuerzas Especiales. Por otro lado, el hecho de que se hayan descubierto montajes, desfalcos, en el estallido social pasaron cosas… , es una cuestión que Carabineros tiene que revisar.
Lo que está mal es creer que porque uno critica una institución la estás dañando.
Hace tres años el Presidente decía que había que refundar las policías, ahora dice que hay que apoyarlas. ¿Es creíble?
Yo creo que el error de Boric está en decir apoyemos a los carabineros, pero no estamos realmente empoderando a la institución. Por eso, quizás la inteligencia militar podría ser un soporte interesante.
¿ Cuánto ha influido el actuar de sectores de izquierda que en el estallido no condenaron la violencia o cuestionaron a carabineros?
En el estallido social hubo violaciones a los derechos humanos y eso está atestiguado por los traumas oculares. Hubo faltas, hubo denuncias por maltrato, por violencia contra las mujeres. Otra pregunta es cómo está la izquierda en relación con la violencia. «La izquierda tiene esta cosa en la épica de su desarrollo, de que está el poderoso que te domina y la única forma (de enfrentarlo) si no es el diálogo, porque no tienes el poder, pareciera ser a través de la violencia. Es la utopía de que por la violencia consigues el poder y luego va a ser todo mejor. Y la evidencia dice que no ha sido así».
¿ Cuánto le debe Boric al estallido? El exconvencional Daniel Stingo dijo que sin este Boric no habría sido elegido.
Yo creo que Boric fue elegido porque la otra opción era Kast y él representaba para muchos un retroceso importante (… ). Y creo que fue electo, en parte, porque era darle una oportunidad a una nueva generación.
¿ Cómo evalúa usted al Gobierno?
Le han tocado cosas duras. Yo creo que hay cosas muy positivas: la reducción de las horas de trabajo, el salario mínimo que subió, Copago Cero. Hay cosas objetivas que representan mejoras. Creo que tiene un error comunicacional importante (… ) y esto de creer que el Presidente tiene que contestar todo… no tiene por qué hacerlo.
¿ Le cuesta «habitar el cargo»?
Este es un país de mucho patronazgo y autoritarismo. Él trata de no ser autoritario y no quiere ser patrón de nadie, pero es difícil en un país que tiene esa cultura. Creo que lo ha ido cambiando, pero si alguien le grita a un Presidente, él no puede responder a eso. Hay una cosa no solo de habitar el cargo, sino de cómo enseñas jerarquía y autoridad (… ). El padre, en términos lacanianos, freudianos, es la figura de la ley, la autoridad. Si no tienes eso y todo es horizontal, es difícil validarte por otra cosa que te tengas que ganar.
BÚSQUEDA DE SÍMBOLOS
Ya con un poco más de distancia, ¿qué errores cree que se cometieron en el estallido?
El primer error, que sigue estando, es que así como se criminalizó muy rápido la protesta, por otro lado se defendió muy rápido como algo político. Y el estallido social, sabemos cada vez más, era una mezcla de muchos malestares sin liderazgos (… ), era un montón de abusos que se venían acumulando y que se trató de dar ese encauce constitucional, que claramente no fue suficiente. Error fue creer que esa salida constitucional podía funcionar. «Y faltó haber tenido más valentía para decir que hay cosas que no se hacen. Si el motivo es tan importante no puedes invalidarlo pegándole a un carabinero, gritándole o quemando algo. No hay justificación. Si era tan importante, tendríamos que habernos organizado mejor».
Ricardo Brodsky dijo que del estallido no se puede rescatar casi nada…
Estoy en completo desacuerdo. Fue un momento de una repolitización inédita y pacífica, donde las personas se organizaban espontáneamente en cabildos y reuniones para debatir sobre el «nuevo pacto», algo que incluso el Presidente Piñera alabó en relación a la gran marcha del 25 de octubre. «Pensando en la simbología, algunas de sus expresiones artísticas y estéticas, el tono ritualista y carnavalesco (… ), quedó claro que el estallido fue también ocasión de encuentro entre quienes nunca se habían encontrado (… ). Y esa necesidad de encuentro público, sumado a la imaginería de símbolos inventados, a mi juicio, dan cuenta de una gran necesidad psicoafectiva por sentirse parte de algo importante, por pertenecer a un colectivo que acogía a todos los que se sentían de algún modo abusados o triviales (… ). Y otra cosa buena: gracias al estallido el mundo empresarial de Chile tomó más en serio que nunca las demandas sociales».
¿ Qué significa para usted que se empiecen a remirar símbolos como el perro «matapacos»?
Las banderas estaban enlutadas. Significaba que Chile murió, porque el Chile de la bandera era asociado con cueca, Pinochet, dictadura, abusos. Era una búsqueda de símbolos que estuvieran libres de esa carga. Pero la bandera en realidad es de todos. La campaña del «No» era con banderas chilenas que pasaban de mano en mano (… ). El error fue olvidarse de cuáles son nuestros símbolos. Y hay una serie de cuestiones que se levantaron, desde la heroización de la «primera línea», que siempre encontré una ridiculez (… ). Para mí, el estallido nunca fue el perro «matapacos» ni nada de eso. Fue un momento donde la gente dijo «no voy a seguir aguantando abusos y me voy a movilizar».
¿ Tendrá costos en sus bases el que el Presidente critique estos símbolos?
Si los símbolos del estallido hubieran sido tan importantes, hubieran sido tema en los últimos cinco años. El estallido fueron otras cosas. El Presidente al hablar de esto abre una contienda innecesaria.
¿ Deben hacer una autocrítica quienes usaron expresiones como «matapacos» cuando en el país carabineros están siendo asesinados? ¿ Faltó reflexión sobre lo que se estaba planteando?
Desgraciadamente estamos en una era donde se atiende poco a las palabras. Uno puede decir cualquier cosa en redes, difamar, mentir, ofender, amenazar, y ello no tiene costo.
Si además sumamos el anonimato propio de una gran masa, como fue el estallido, da pie para decir cualquier cosa sin poder identificar responsabilidades. «El asesinato a los carabineros es terrible porque es asesinato, no solo porque sean carabineros. Lo que sí me parece necesario es retroceder a las causas sociopsicológicas de ese odio a carabineros de una parte de Chile. No para justificarlo, pero sí para comprender mejor su origen y alcances. ¿Fue causado por iscursos o por emociones transitorias? ¿ Contra las fuerzas del orden en sí mismas o contra la autoridad? ¿ Contra el Estado o contra la clase política?».
Créditos:
Texto: Nadia Cabello – El Mercurio.
Imagen: Luciano Guzmán N.
Edición: Luciano Guzmán N.