Con cine, juegos, pinta caritas y una animada convivencia, estudiantes y docentes de la carrera de Pedagogía en Castellano de la Faculta de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile organizaron una jornada recreativa para niños y niñas de la Residencia Familiar de Estación Central, una actividad que busca fortalecer la formación docente desde una mirada comprometida con la diversidad social.
La actividad, impulsada desde la carrera por el profesor y Encargado de Vínculo con la Escuela, Jorge Sanchez y, por supuesto, con el apoyo de sus estudiantes, recibió a niños provenientes de contextos vulnerables. La mayoría de ellos forma parte de familias migrantes o en situación de superación de calle, según explicó Nelson Abarca, trabajador social de la residencia: “Yo creo que el 60% o 70% llega por familias migrantes que vienen directamente del norte y viajan acá a Santiago. Las familias llegan por diversas situaciones, hay algunas que también llegan por problemas netamente económicos”.
Al llegar a la Universidad, los niños recorrieron las instalaciones del campus, participaron en actividades lúdicas, como pinta caritas y disfrutaron de una función de cine especialmente preparada para ellos en la Sala Estación, de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio (VIME). Posteriormente, compartieron en una convivencia, jugaron fútbol junto a estudiantes y recibieron camisetas de fútbol como regalo.
“Lo que estamos haciendo me parece algo súper especial, porque nos forma como docentes y algo que nos va a caracterizar”, comentó Ara González, estudiante de tercer año de la carrera. “Desde temprano en nuestra carrera tenemos la oportunidad de conocer otras perspectivas de los niños y los adolescentes”, agregó, destacando el valor formativo de estas instancias.
El enfoque de la actividad no sólo fue recreativo. Como señaló Juan Pablo Navia, estudiante de Pedagogía en Castellano, “nosotros como futuros docentes tendremos que enfrentar diferentes contextos sociales, económicos, entre otros. Por lo cual cada uno tiene que manejar las habilidades y el saber para enfrentar esto sin pasar a llevar al alumnado”.
La organización de esta jornada fue concebida también como un ejercicio de empatía y entendimiento frente a realidades diversas, especialmente en el actual contexto migratorio. “Nuestra función es enseñar a todo contexto y obviamente con igualdad, sin diferencias, sin importar en qué contexto esté viviendo o situándose el alumno o alumna”, añadió Navia.
Desde la residencia, la recepción fue entusiasta. Para Nelson Abarca, la oportunidad de que los niños participen en actividades externas a su entorno habitual es fundamental: “Si escuchan la palabra cine, ya estarán felices. Si hay que jugar a la pelota, si hay que pintar caritas, los chiquillos siempre están dispuestos a participar. Y a nosotros, al menos, nos gusta que nos inviten a este tipo de actividades. Les cambia un poco el enfoque”.
La instancia también permitió estrechar la relación entre la Facultad de Humanidades y organizaciones sociales que trabajan directamente con la niñez en contextos de vulnerabilidad. En palabras de Abarca, “hay que tener en cuenta que las realidades son distintas, entonces cada niño viene desde un ambiente personal diferente… Hay una historia atrás, entonces hay que trabajarlo, apoyarlo siempre desde la contención”.
La jornada finalizó con sonrisas, abrazos y agradecimientos. Para los organizadores, fue un recordatorio del rol transformador de la educación y del deber ético de formar docentes conscientes y empáticos. “Más que nada, nuestro objetivo el día de hoy es que los chicos se puedan divertir, ese es nuestro objetivo”, concluyó González.
Esta actividad no sólo significó una jornada alegre para los niños y niñas, sino también una valiosa experiencia formativa para los estudiantes de Pedagogía en Castellano. Acercarse a realidades distintas, muchas veces invisibilizadas, les permite ampliar su mirada pedagógica y comprender la diversidad que encontrarán en las aulas. Espacios como este reafirman el compromiso de la Facultad de Humanidades con una formación docente crítica, empática y conectada con los desafíos sociales del país. Porque formar profesores no es sólo enseñar contenidos, sino también cultivar la sensibilidad necesaria para acompañar, contener y educar en contextos reales y complejos.
Créditos:
Redacción: Sofía Molina C.
Fotografías: Luciano Guzmán N./Cedidas.
Edición: Luciano Guzmán N.
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