En el marco del proyecto FONDECYT 1240814, la Escuela de Psicología reunió a voces del Mineduc, la academia peruana y especialistas nacionales en el seminario “Educación inclusiva: creando espacios para el aprendizaje heterogéneo”. Instancia que planteó cómo superar la “obsesión” por las notas para enfocar la enseñanza en el acompañamiento real y ético de cada estudiante.
El pasado 4 de diciembre, la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago abrió el debate sobre los nuevos paradigmas educativos. Organizado por la Comisión de Inclusión de la unidad académica, el seminario “Educación inclusiva: creando espacios para el aprendizaje heterogéneo en educación básica y educación superior” buscó trascender la teoría para ofrecer herramientas concretas ante la diversidad en el aula.
La actividad se desarrolló bajo el proyecto FONDECYT 1240814 “Interacción y reflexión de la práctica: Aportes a la pedagogía de la inclusión en el aula heterogénea”, liderado por el Dr. Marco Antonio Villalta. El académico de la Usach destacó que el objetivo central es presentar evidencia científica que permita dialogar con la política pública. “Buscamos proyectar el tema de la inclusión no solamente como un acto normativo, sino también como un deber de compromiso ético, pero también como evidencia científica. La Universidad de Santiago, en este proyecto, lo que busca es presentar evidencias que aporten a un diálogo que trascienda la norma y que apunte a generar una educación con sentido”, afirmó el Dr. Villalta.
El evento contó con las ponencias de la Dra. Cecilia Assael (PUC), el Dr. Sergio Martinic (U. de las Américas) y la Dra. Lorena López (Usach), consolidando un espacio de reflexión desde distintos puntos de vista.
Uno de los ejes centrales de la jornada fue la tensión entre la calificación tradicional y la evaluación formativa. En ese marco, la presencia del Ministerio de Educación permitió profundizar en los alcances de la normativa vigente. La Dra. Tamara Rozas, coordinadora de Evaluación y Estándares de la Unidad de Currículum y Evaluación del Mineduc, enfatizó el impacto del “Decreto 67, promulgado en 2018, que es la normativa vigente de evaluación y que explicita la necesidad de implementar evaluación formativa en nuestro sistema educativo. Esto es sumamente desafiante, pero también positivo, porque permite conectar la evaluación con el ejercicio de la enseñanza y con la generación de aprendizajes en los estudiantes. Este enfoque nos posibilita trabajar sobre los aprendizajes y trayectorias, no desde una lógica punitiva o sancionatoria, sino de manera formativa, poniendo la evaluación al servicio de los aprendizajes.”Esta perspectiva dialogó directamente con la exposición del Dr. Iván Montes Iturrizaga, decano de la Facultad de Psicología de la Universidad Continental de Perú, quien abordó cómo la fijación con la nota puede entorpecer el aprendizaje real. “La evaluación formativa no se opone a la medición o a la calificación, pero es diferente. Su propósito no es asignar números o cantidades a cuánto se aprendió, sino todo lo contrario. La finalidad es optimizar los procesos de enseñanza. La evaluación no es punitiva, sino para ayudar a los estudiantes a que puedan superar limitaciones”, explicó el experto internacional.
Esta visión fue complementada por Carolina Jorquera, jefa de carrera de Psicología Usach, quien valoró la instancia para cuestionar prácticas arraigadas en la educación superior. “Es súper interesante lo que tiene que ver con la evaluación formativa, que siempre se dice que tenemos que hacerlo y es como un armario lleno de preguntas. Los estudiantes están acostumbrados a ‘pelear’ por una nota, entonces, ¿qué pasa con esta situación donde la nota no existe o no va a ser parte de un promedio final?”, reflexionó la académica.
El seminario contó con una alta participación estudiantil. Para las y los futuros profesionales, las discusiones ofrecieron herramientas concretas para su desempeño en espacios educativos diversos.
Martina Órdenes, estudiante de cuarto año con mención educacional, destacó la utilidad práctica del encuentro: “Comprender estos tópicos nos permite tener una visión mucho más amplia de lo que es la educación y la inclusión; no solamente como algo que está en el papel, sino como una manera de llevarlo a cabo y ejecutarlo con los estudiantes para comprender sus distintos procesos”.
En la misma línea, Cristóbal, estudiante de segundo año, valoró el enfoque crítico: “El seminario estuvo súper pertinente a lo que conlleva ser un psicólogo y el perfil de la universidad que nos pide una postura crítica. Nos permite extrapolar cosas que puedan ser de utilidad, como puede ser el Decreto 67, y mirarlo de forma crítica frente a la masificación de la educación superior”, señaló.Por su parte, la estudiante Poelet enfatizó cómo estas instancias enriquecen la formación más allá de la malla curricular:“Nos ayuda mucho en el ámbito de la inclusión, que es un área súper importante para ejercer nuestra carrera. Saber de los decretos y diversas opiniones de profesionales nos da herramientas súper útiles para hacer mejor nuestro trabajo”.
Créditos:
Redacción: Sofía Molina C./ Luciano Guzmán N.
Fotografías: Luís Sánchez H./Luciano Guzmán N.
Edición: Luciano Guzmán N.
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