Conoce los puntos clave de la entrevista a continuación:

– ¿Qué está pasando en términos generales?

“En los últimos 50 años, hemos bajado de 5,4 hijos en promedio por mujer a 1,3, y disminuyendo, es decir, es muy probable que el próximo Censo nos de otros datos significativos. En 1990 teníamos casi 300 mil nacimientos según las fuentes del Registro Civil, en cambio, ahora tenemos 91 mil.

En términos sociológicos y demográficos, hemos cerrado un ciclo histórico que tiene que ver con la matriz económica, cultural y estética del país que estaba asentada en los hijos. La economía se sustentaba en eso, era normal que familias, sobre todo campesinas, tuvieran una gran cantidad de hijos, pero esa tendencia fue disminuyendo por el desplazamiento del campo a la ciudad”.

– ¿Cómo se explica esta situación?

“En el ingreso de la mujer al mundo laboral y a una educación de más largo plazo, un sistema muy distinto al que teníamos el siglo 20, pero eso terminó por cambios valóricos, la disminución de la población rural, además de la tecnología en términos sanitarios, teniendo la posibilidad de postergar el nacimiento de hijos hasta los 40 o 50 años, y mientras más postergamos, menos hijos tenemos”.

– ¿Qué comparativa se puede hacer con otros países?

“Para mantener la tasa de reproducción necesitamos 2,1 hijos nacidos vivos, y eso no lo hemos logrado porque estamos en 1,3, siendo la tasa más baja de América Latina. Estamos más o menos igual que China, más bajos que Japón, India, y los países europeos”.

– ¿Por qué hay que cambiar esta situación?

“En el caso chileno, las ciencias médicas están alertando que nuestra esperanza de vida está enfrentando una merma a causa de tres factores, que son el estrés de la vida moderna, la disminución drástica de la actividad física, y la alimentación asociada a los altos niveles de obesidad. En términos concretos, esos factores influyen en el envejecimiento de la población”.