A lo largo de sus más de quince años en la Universidad de Santiago, Carolina Cabrera Matus ha dejado una huella en los espacios bibliotecarios de la institución. Su paso por la Biblioteca del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) y, desde 2021, por la Biblioteca de la Facultad de Humanidades (FAHU), da cuenta de una trayectoria marcada por el compromiso, la innovación y una inquebrantable vocación de servicio.
«Esta carrera es muy de servicio«, afirma con convicción. «La satisfacción más grande es cuando tú ayudas a un usuario, cuando lo ves feliz porque le pasaste un libro que él quería, o le dices dónde está lo que necesitaba, o le mandaste un artículo. Incluso con un correo que te agradezcan, eso yo creo que es un refuerzo a la labor».
Carolina llegó a la Usach en 2008, como reemplazo en la Biblioteca de Periodismo. Pronto se incorporó al equipo de IDEA, donde se desarrolló profesionalmente en un entorno orientado a la investigación. «Tenía un perfil mucho más de investigación, donde me desarrollé mucho más en gestión de proyectos, en el apoyo bibliográfico a tesistas», recuerda. Pero fue en plena pandemia, en 2021, cuando asumió un nuevo desafío: liderar la Biblioteca de la FAHU, un espacio que enfrentaba un proceso de modernización en condiciones complejas.
Con la biblioteca cerrada y los libros embalados por remodelación, Carolina y su equipo decidieron reinventar el servicio bibliotecario. «Empezamos a utilizar el espacio de la biblioteca como un espacio más de gestión cultural. Usamos varias actividades, por ejemplo, agrupamos alguna efeméride interesante: pueblos originarios, Día de la Mujer, Medio Ambiente (…) y sacábamos los libros a los pasillos». Así nacieron iniciativas que se mantienen hasta hoy, como la Liberación del Libro, organizada en conjunto con la Biblioteca de Matemática. «Ya llevamos nueve liberaciones del libro», señala. «El objetivo es posicionar el objeto libro y moverlo un poco, circular».
La biblioteca que lidera Carolina no solo presta libros: construye comunidad. A través de actividades como concursos de relatos, efemérides conmemorativas, visitas guiadas a colegios y una política activa de donaciones, se ha consolidado como un espacio cultural abierto, dialogante e inclusivo. “Creemos que la lectura es un espacio de comunidad y que defendemos eso hasta vivir”, expresa con emoción.
Este semestre, por ejemplo, se proyecta la inauguración de una nueva biblioteca comunitaria, impulsada por la estudiante Ivania González, que funcionará con un sistema de canje de libros. «Va a estar abierta en esta biblioteca. Hemos dejado un estante para eso (…) La idea es que ahí también se puedan circular libros no solo de estudiantes, sino que también de profes, de funcionarios. Incluso queríamos pensar en abrirlo a la comunidad de la Villa Portales».
«El desafío constante (…) es construir un espacio en una cultura más lectora«, dice. Por eso, el equipo trabaja de manera cohesionada, con un horario extendido de atención y un alto grado de autogestión. «Es un equipo afiatado que trata de cumplir los mismos objetivos. No tenemos grandes diferencias en lo que hacemos: casi todos trabajamos en lo mismo».
Su motivación nace de una convicción profunda: «Podemos estar dentro de una profesión u oficio con una característica de servicio… las personas pueden mejorar, pueden crecer en términos de conocimiento. Una persona que a lo mejor se siente sola, puede a través de un libro encontrar otra posibilidad».
En un escenario donde el acceso digital crece, Carolina no ve amenaza sino complemento. «Los medios digitales nos proporcionan otra ventaja, porque el libro no solo se va a leer acá, también lo pueden leer en camino a la casa, o en la casa de los amigos… no creo que el uso del espacio físico vaya a verse afectado por eso».
El legado de Carolina Cabrera en la Biblioteca FAHU no se mide solo en actividades, libros prestados o concursos organizados, sino en el impacto que ha generado en la vida cotidiana de la comunidad universitaria. «Reivindicar el lugar de la biblioteca como un espacio abierto a la comunidad, fomentar esta cultura lectora… creo que hoy y todos los días hay que hacerlo», concluye.
Créditos:
Redacción: Sofía Molina C.
Fotografías: Sofía Molina C.
Edición: Luciano Guzmán N.