2 Ago 2021 / Noticias /
Quimantú, la editorial del Estado que vendía libros al precio de una cajetilla de cigarros

 

La historiadora Viviana Bravo Venegas en su trabajo Quimantú: Palabras impresas para la Unidad Popular, consigna que «el 12 de febrero de 1971, el ministro de Economía y Comercio, Pedro Vuskovic; el director del Instituto de Economía de la Universidad de Chile, Jorge Arrate, y Sergio Mujica, presidente de la Empresa Zig-Zag, firmaron el acuerdo de compra/venta. Comenzaba su estatización. La Empresa, fue nacionalizada -no expropiada- y pasó a engrosar la llamada Área de Propiedad Social».

En el proyecto se informa la existencia de tres áreas que conformaron la estructura del modelo editorial de Quimantú: la División Periodística, que se ocupó de las revistas para adultos y jóvenes; la División de Publicaciones Infantiles y Educativas, encargada de la producción de textos para escolares, además de la edición de las «Historietas Q», manuales de aprendizaje y una línea de publicaciones que se denominó «Documentos Especiales» (para adultos y jóvenes), y la División Editorial, que se fraccionó en un «Departamento Editorial» y un «Departamento de Ediciones Especiales», que se hizo cargo de las colecciones de libros propiamente tal.

Viviana Bravo Vargas menciona que, incluso, la empresa creó un tercer turno para responder a la demanda, en un trabajo que fue realizado por 1500 personas aproximadamente: “La organización de los trabajadores fue orientada según las normas de la CUT, es decir, con sindicato único, asambleas generales y Comités de Producción. A través de ellos, los obreros destacaron con iniciativas para reducir costos, aumentar la producción o paliar la falta de materiales o piezas que no llegaban al país debido al bloqueo norteamericano. Tal fue el caso de piezas usadas para separar colores durante la impresión o para revelar los tirajes dentro de la sección de fotograbado. Según relata el periodista Tito Drago, quién participó en el departamento de publicidad, los Comités organizaron en 1973 una muestra de piezas fabricadas por ellos mismos, para reemplazar piezas rotas o gastadas en las máquinas de composición, fotografía, impresión y encuadernación”, explica.

Sobre la editorial en los tiempos de dictadura, la historiadora señaló: “Quimantú fue rebautizada como «Editora Nacional Gabriela Mistral», bajo la dirección del General Diego Barros Ortíz. A pesar de contar con las mismas instalaciones nunca pudo recuperarse. En 1976 fue subastada y quedó en manos privadas. Siete años después se declararon en quiebra y sus máquinas fueron rematadas a muy bajos precios”.

 

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