Texto: Cristóbal Miranda y Enzo Borroni, Comunicaciones Usach – Fotografía: Agencia EFE
El día de ayer se cumplieron dos meses desde que la evasión de los torniquetes del Metro de Santiago por parte de estudiantes secundarios, diera inicio al estallido social más importante de los últimos 40 años en nuestro país y en razón de este hito consultamos a destacados académicos de la U. de Santiago para realizar un balance de estos 60 días de movilización social.
Para la académica de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago y experta en comunicación estratégica, Paula Walker, los errores comunicacionales del Gobierno desde el inicio del estallido social, como las declaraciones del Presidente (“estamos en guerra contra un enemigo poderoso”) han terminado exacerbando los ánimos en la población y provocando antagonismos.
Las respuestas tardías frente a demandas como suspender el alza de $30 pesos en el transporte público, además han demostrado la baja comprensión de La Moneda frente a los hechos, los que, a su juicio, “siempre quiere enmarcar en violencia”. Walker agregó que “el Gobierno tiene un tono confrontacional, pero no tiene ninguna posibilidad de seguir enfrentando una demanda por derechos sociales desde la lógica de la confrontación y la violencia verbal”, explica.
El académico del Departamento de Historia y experto en historia de la violencia, Dr. Igor Goicovic, señaló que los recursos utilizados por las manifestaciones actuales son los mismos de los motines de fines del siglo XIX, principios del XX y las movilizaciones populares de mediados del siglo pasado. “No hay cambios significativos en los recursos usados por los manifestantes”, afirmó. “En términos instrumentales, no hay un incremento significativo de la violencia”, consideró.
Por otra parte, afirmó que los saqueos son fenómenos que también tienen una larga tradición en el siglo pasado y el antepasado, donde las manifestaciones terminaban afectando establecimientos comerciales, ya que eran formas de manifestar el descontento popular. “Lo que sí es novedoso es la extensión temporal del fenómeno. Los motines populares tanto en el siglo XIX como en el XX quedaban acotados a un máximo de cinco días y afectaban a una ciudad en particular, pero hoy vemos un incremento en términos territoriales”, subrayó.
Por su parte, el académico de la Escuela de Psicología, Dr. Sergio González, se refirió desde la perspectiva de la psicología social a las características del estallido social. Indicó que la expresión activa de la ciudadanía producto de la diversidad de sujetos y corrientes que participan en las protestas, genera una gran inseguridad sobre las diferentes réplicas que puedan tener estas manifestaciones.
“Lo que sorprende es la intensidad más que la duración del estallido social. A esto hay que sumar la gran cantidad de actores que ocupan el espacio público y entre los que podemos encontrar a grupos del lumpen, de la delincuencia, del narcotráfico y de los grupos antisistémicos, y que a pesar de la enorme base de apoyo ciudadano a la movilización social, de igual forma genera mucha incertidumbre”.
El Dr. Cristián Parker, Vicerrector de Postgrado Usach, indicó que hoy no tenemos acceso a una sociedad mucho más democrática y que estamos siendo y seremos espectadores de procesos que serán muy dificultosos. “No creo que la paz social se reestablezca tan fácilmente. Vamos a seguir asistiendo a situaciones de conflicto, observando episodios de violencia, dado que la forma cómo el pueblo despertó, la violencia ocupó un rol esencial y donde parece ser que fue un mecanismo que finalmente presionó a la elite política para poner en marcha un movimiento de transformación”.
Publicado el 26 de diciembre del 2019