15 horas cronológicas comprende esta iniciativa que busca que las y los asistentes puedan comprender y desarrollar la comunicación y sensibilización de la cultura sorda y ejercer la lengua de señas chilena, no sólo a través de la teoría, sino que también de técnicas sensoriales y experienciales.
Alineados con este objetivo, es que la Facultad de Humanidades ha implementado el taller de comunicación y sensibilización de la lengua de señas chilena para funcionarios. El cual, en esta primera versión, pretende que quienes lo cursen puedan desarrollar habilidades comunicativas básicas de la lengua de señas chilenas, con el fin de lograr establecer un primer contacto con las personas sordas, mediante las expresiones gestuales, visuales y comprensión de palabras y frases simples, relacionadas con la presentación de sí mismos, vida cotidiana y su necesidad en el ambiente universitario.
Junto con esto, les permitirá también emplear la lengua de señas chilena en un nivel básico, en situaciones comunicativas simples y la vida cotidiana tanto dentro de la Facultad de Humanidades, como de la universidad en general. Establecer la comunicación de manera fluida, crear diálogos con sus pares, compañeros y demás funcionarios, para tener la sensibilización y la empatía de cómo conviven las personas sordas en la enseñanza superior.
Todo lo anterior en el marco de la ley 21.303, que establece normas sobre la igualdad de oportunidades e inclusión social de las personas en situación con discapacidad; promoviendo el uso de la lengua de señas chilena.
Una experiencia sensorial
De acuerdo a las últimas cifras entregadas por la Federación Mundial de Sordos y el Fondo Nacional de la Discapacidad, en el planeta existen más de 74 millones de sordos y más de 700 lenguas de señas diferentes. Lo que, aterrizado a la realidad nacional, da cuenta de 292.720 personas sordas en Chile.
Considerando lo anterior, este taller entrega una fuerte comprensión teórica, pero también va más allá y permite, de la manera más fiel posible, que las y los funcionarios de la Facultad de Humanidades puedan experimentar la realidad de una persona sorda.
Esto se realiza a través del uso de tapones para los oídos y audífonos con tecnología noise cancelling. Una vez que las personas se colocan estos dispositivos, el profesor procede a utilizar distintos recursos, desde aplaudir en distintas partes de la sala, encender y apagar las luces, y el uso de distintos golpeteos, hasta el hecho de pasar hojas de plantas por los asistentes y la aplicación de perfumes.
Sobre esta metodología, el profesor Diego Manzo, explica que en primera medida “las personas hablan mucho de inclusión, pero no saben lo que es. Es fundamental que comprendan la cultura sorda como tal y que puedan adoptar distintas formas de comunicación visual”.
A través de este método, continúa, “las personas se emocionan mucho y, en realidad, la felicidad es el objetivo, pues cuando termina el curso, son capaces de explicar su propia visión y experiencia y ponerse realmente en los zapatos de una persona sorda”.
Con respecto a lo vivido en esta primera sesión, Silvia Arias, Community Manager de la Facultad de Humanidades comenta que “es una experiencia muy intensa. Te privas de uno de tus sentidos más importantes y luego te ves obligada a utilizar y potenciar los demás, lo cual te deja en una posición que te permite usarlos como nunca antes”.
“Es inevitable sentir una cierta impotencia, al no poder utilizar tu audición. Es un poco desesperante, porque te ves obligado a utilizar recursos que nos son cotidianos y a veces no los tienes tan a la mano o tan internalizados. Quieres comunicarte y no se puede, y es ahí que uno se da cuenta de lo realmente frustrante que debe ser para las personas sordas que están insertas en nuestra sociedad”, comenta Daniela Picarte, diseñadora gráfica de la Facultad.
Créditos:
Texto: Luciano Guzmán N.
Imagen: Daniela Picarte P.
Edición: Luciano Guzmán N.