18 Jul 2023 / Noticias / Departamento de Historia /
“La condición que lo identifica es la de dictador, no la de Presidente de la República”: En entrevista con La Tercera, Dr. Igor Goicovic se refiere a la polémica sobre el título con que figura Pinochet en la Biblioteca del Congreso 

El pasado martes 11 de julio, la Cámara de Diputados aprobó por 67 votos a favor, 47 en contra y 8 abstenciones, una resolución que excluye la incorporación del general Augusto Pinochet en las reseñas de Presidentes de la República de la Biblioteca del Congreso. La iniciativa -propuesta por el PC y apoyada por Apruebo Dignidad- levantó gran polémica, entre quienes apoyaron la idea, y quienes la rechazaron (como el Partido Republicano).

La iniciativa señala: “Rechaza la incorporación de Augusto Pinochet en las reseñas de presidentes de la República de la Biblioteca del Congreso, definiéndolo como militar y político y como régimen autoritario a la dictadura. Y solicita el retiro de dicha reseña de la colección de presidentes”. Y agrega: “A los 50 años del golpe de Estado no nos podemos permitir versiones ‘soft’ de quienes fueran los perpetradores y responsables de una política de exterminio, tortura y desaparición contra civiles”.

Más allá de las tensiones propias de los debates en los mullidos asientos del Congreso, y en vista a los 50 años del golpe de Estado en que justamente Pinochet asumió el poder tras derrocar al mandatario en ejercicio, Salvador Allende, el periodista Pablo Retamal, de la sección Culto, del diario La Tercera, se propuso consultar  a un grupo de historiadores -que han investigado el siglo XX-: ¿Tiene legitimidad histórica llamar Presidente a Augusto Pinochet?

Durante su entrevista, el historiador Dr. Igor Goicovic, Director del Doctorado en Historia de nuestra Casa de Estudios, es enfático y categórico: “no corresponde que Augusto Pinochet Ugarte esté consignado en el listado de reseñas que distinguen a los Presidentes de la República. La condición que lo identifica es la de dictador, no la de Presidente de la República. Su llegada al poder fue por medio de un sangriento golpe de Estado, que depuso a un gobernante (Salvador Allende), democráticamente electo. Asumió el cargo de Presidente de la República mediante un Decreto Ley (N° 806, de 17 de diciembre de 1974), promulgado por él y por quienes lo acompañaron en la asonada golpista de 1973, es decir, José Merino Castro (comandante en jefe de la Armada), Gustavo Leigh Guzmán (comandante en jefe de la Fuerza Aérea) y Cesar Mendoza Durán (General Director de Carabineros de Chile). La condición de Presidente de la República, tanto en las leyes federales de 1826, como en las constituciones políticas de 1828, 1833 y 1925, se obtenía por sufragio. Y este, evidentemente, no es el caso de Pinochet”.

Sumado a lo anterior, Goicovic también pone el acento en otros nombres: “no obstante, muchos de quienes accedieron a la condición de Presidentes de la República en Chile carecen, también, de la legitimidad política suficiente. Los gobiernos conservadores del ciclo 1831-1871, fueron electos en un sistema electoral censitario, que solo reconocía la ciudadanía a quienes acreditaban un patrimonio. Mientras que los Presidentes de la República del ciclo 1871-1952 mantuvieron la exclusión de las mujeres. Los analfabetos, por su parte, que constituyeron un grupo relevante de la población hasta la década de 1960, solo fueron reconocidos como sujetos de derechos electorales en 1970. Es decir, ningún Presidente de la República, hasta la elección de Salvador Allende en septiembre de 1970, fue electo bajo un régimen de voto universal”.

“Por otro lado, Presidentes de la República, como José Joaquín Prieto (1831-1841), Jorge Montt (1891-1896), Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931) o Juan Esteban Montero (1931-1932), accedieron al cargo después de sangrientas guerras civiles (Prieto y Montt), de asonadas golpistas (Ibáñez) o inestabilidad política (Montero). Es evidente, entonces, que la trayectoria institucional del país se edificó sobre la base de los intereses de clase de los grupos dirigentes, la exclusión sistemática de los pobres y las mujeres y, en no pocas ocasiones, apoyándose en la fuerza de las armas. Si Pinochet debe estar en una lista de reseñas biográficas esa debe ser la lista de quienes cometieron crímenes de lesa humanidad”.

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Créditos:
Texto: Luciano Guzmán N.
Imagen: Luciano Guzmán N.