Creando personajes ficticios, los alumnos enfrentan dilemas morales, promoviendo empatía y comprensión. Esto fomenta la colaboración y la resolución de conflictos, ayudándoles a entender las implicaciones de sus decisiones y las múltiples realidades de espacios vulnerables.
Los Cursos Sello FAHU representan una apuesta por la innovación educativa y la formación integral de los estudiantes. En este contexto, el profesor Nelson Ortiz ha diseñado un curso único que utiliza juegos de rol para enseñar derechos humanos y derecho humanitario. Este semestre marca la cuarta edición de este programa, que ha tenido una acogida entusiasta y ha demostrado ser una experiencia transformadora.
El curso del profesor Ortiz emplea una metodología pionera que se basa en el sistema de rol FATE básico. A través de este enfoque, los estudiantes crean personajes de fantasía –magos, guerreras, druidas– para abordar problemáticas reguladas por tratados internacionales de derechos humanos, como la esclavitud, la tortura, el genocidio y la discriminación. Este método, centrado en la narrativa y la colaboración, utiliza dados Fudge
(dados de seis caras con dos caras en blanco, dos con un signo más y dos con un signo menos) para resolver acciones y avanzar en la historia.
«Este semestre se está impartiendo la cuarta versión del curso, que ha sido una aventura increíble. Contar historias y aprender sobre derechos humanos ha tenido una muy buena recepción en los estudiantes. La que podría ser una combinación improbable ha sido realidad gracias al espacio de los Cursos Sello,» comenta Ortiz, subrayando cómo este programa académico ha facilitado la implementación de su innovador enfoque pedagógico.
De esta forma, a través de la imaginación y una guía pedagógica, las y los estudiantes pueden sumergirse plenamente en la experiencia de ser sus personajes, enfrentando dilemas éticos y tomando decisiones que reflejan problemas reales de derechos humanos. «La primera evaluación del curso consiste en la creación del personaje, en la cual utilizamos símbolos, arquetipos y referencias de la cultura pop para dar vida a magos, guerreros, entre otros. Los estudiantes vuelcan su creatividad en el papel, y disfrutan conocer más de sí mismos en los poderes e historias de sus personajes,» explica Ortiz. Estos personajes, creados con gran detalle, se convierten en protagonistas en un universo de fantasía lleno de conflictos y desafíos morales.
Uno de los casos más memorables discutidos en clase es «Los demonios de la Luna Roja». En esta aventura, un grupo de aventureros se une a un reino de humanos para combatir a los oni, seres temidos por portar desgracia. En su camino, los estudiantes se encuentran con campamentos de refugiados y liberan una ciudad capturada, sólo para descubrir que los líderes del reino planean un genocidio contra los oni. Los estudiantes, a través de sus personajes, deben tomar decisiones difíciles y, finalmente, desenmascaran las verdaderas intenciones de los líderes, optando por no participar en la masacre.
«Cada sesión de juego los estudiantes elaboran una bitácora redactada en primera persona por su personaje. Ellas contienen a pie de página referencias a normas del Derecho Internacional (como el Pacto San José de Costa Rica) o del Derecho Humanitario (como los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra). Las referencias se ubican allí donde la narración muestre algo que estos instrumentos pretenden evitar, como el maltrato a prisioneros, el genocidio, el exilio y en general la deshumanización,» detalla Ortiz.
La propuesta de este curso sello, a través de la innovadora metodología del profesor Ortiz, no solo dota a los estudiantes de un profundo conocimiento sobre derechos humanos y normas jurídicas, sino que también los convierte en agentes de cambio, capaces de tomar decisiones éticas y defender la dignidad humana. Ortiz concluye: «Ha sido muy grato comprobar los conocimientos sobre normas jurídicas, dignidad, derechos humanos y derecho humanitario que los estudiantes adquieren en el curso. La difusión de estos conceptos entrega transversalidad a la formación de los profesionales de humanidades, y complementa el ejercicio de sus propias áreas.»
Sin lugar a dudas, el curso de derechos humanos del profesor Nelson Ortiz es un claro ejemplo de cómo estos programas pueden transformar la enseñanza, combinando la imaginación con la realidad para educar en derechos humanos de una manera única y efectiva. Conocimientos que cada una de las y los estudiantes podrá implementar el día de mañana en sus diversas áreas de especialización, fomentando una sociedad más consciente, equitativa y colaborativa.
Créditos:
Texto: Luciano Guzmán N.
Imágenes: Cedidas.
Edición: Luciano Guzmán N.
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