El Director y académico del Departamento de Estudios Políticos presenta su nuevo estudio, donde explora el concepto de felicidad en relación con la democracia y el progreso, cuestionando cómo el Estado y las políticas públicas pueden contribuir al bienestar de la sociedad.
¿Qué significa el bienestar en una sociedad democrática? ¿Cómo influyen las políticas públicas en la percepción de felicidad de las personas? Estas son algunas de las preguntas que guían Felicidad, Democracia y Progreso, el nuevo libro del Dr. Mauricio Olavarría, académico del Departamento de Estudios Políticos de la Usach y doctor en Políticas Públicas por la Universidad de Maryland. La obra surge como una síntesis de su trabajo en temas de pobreza, desigualdad, modernización del estado y teoría de las políticas públicas.
“Lo que busqué con este libro es cómo caracterizar y entender de una forma novedosa el bienestar humano”, explica Olavarría. Su interés por la felicidad comenzó al descubrir investigaciones económicas que abordaban este concepto desde una perspectiva distinta a la tradicionalmente psicológica. “Me llamó la atención que los economistas estuvieran dándole un buen enfoque a estos temas de felicidad, que normalmente son abordados por psicólogos o psiquiatras”, comenta.
En su análisis, el autor cuestiona la manera en que el progreso ha sido entendido históricamente y su relación con el bienestar. “En los años 60 y 70 se hablaba mucho de progreso, pero luego el concepto de desarrollo lo fue cubriendo. Entonces, me pregunté cómo se entiende exactamente eso, y cómo algunas personas se autodefinen como progresistas, pero sin precisar si eso está realmente asociado a la idea de progreso”, reflexiona.
Uno de los aspectos clave del libro es la exploración de cómo ciertos países han intentado medir la felicidad como un indicador de bienestar social. En su investigación, Olavarría se encontró con el caso de Bután, donde en lugar del Producto Interno Bruto (PIB) se utiliza el concepto de Producto Interno de Felicidad. “Eso me llamó la atención y comencé a recoger trabajos sobre estos temas. Ahí llegué a estudios de economistas, psicólogos, psiquiatras e incluso filósofos antiguos, como los griegos, que ya hablaban sobre la felicidad”, señala el autor.
El libro también aborda el caso chileno, revisando datos de encuestas que muestran cómo la población ha percibido su nivel de satisfacción con la vida en distintos periodos. “En general, los chilenos nos sentimos mayoritariamente satisfechos con nuestra vida y con lo que hemos hecho. Hasta 2019, de hecho, aparecíamos como el país más feliz de Sudamérica”, afirma Olavarría, aunque reconoce que las condiciones recientes pueden haber cambiado esa percepción.
Desde esta perspectiva, el autor propone una mirada sobre las políticas públicas orientadas al bienestar, cuestionando cómo pueden diseñarse estrategias que fomenten la felicidad sin intervenir directamente en la autonomía de las personas. “Se trata de generar incentivos para que las personas puedan optar por aquellas cuestiones que en los análisis se ven como mejores. No es un modelo coactivo, sino uno que permite la libertad de elección”, explica.
Más allá de los datos y las reflexiones teóricas, Felicidad, Democracia y Progreso busca generar un debate sobre el rol del Estado en la promoción del bienestar humano. Para Olavarría, la clave está en diseñar políticas que permitan a las personas vivir una vida con la que se sientan satisfechas. “Todos queremos ser felices, nadie quiere ser infeliz. La pregunta es cómo eso se traduce en la vida diaria y qué papel juegan las instituciones en ese proceso”, concluye.
El libro ya está disponible a través de Editorial Usach.
Créditos:
Redacción: Sofía Molina C.
Fotografía: Sofía Molina C.
Edición: Luciano Guzmán N.