Comunicaciones y Extensión Facultad de Humanidades | Texto, Enzo Borroni Ricardi – Fotografías, Antonio Hernández Cabrera.
“Colombia es un Estado en construcción, ya que existen grandes extensiones del territorio del país en el que el Estado no llega, sobre todo la montaña y la selva, y en donde se han desarrollado otros poderes como la guerrilla y el mundo narco.” Así partió su charla del destacado diplomático y experto en política de la región, Gabriel Gaspar, quien se reunió con estudiantes de la carrera de Estudios Internacionales del Departamento de Historia de la FAHU, para conversar sobre el Proceso de Paz en el país hermano.
El diplomático manifestó su satisfacción por la creación de una licenciatura de Estudios Internacionales en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile. “Me parece excelente que exista esta carrera, porque Chile es un país que está globalizado en casi todos sus sectores. Lo que nos falta es abrir las ventanas al mundo, no solo consumir el último adelanto tecnológico, sino que abrir las ventanas a las nuevas corrientes y a la realidad, la fórmula sería: Más Chile en el mundo, pero también más mundo en Chile, es decir, romper el provincialismo, y para eso es muy importante tener escuelas que formen profesionales en las Relaciones Internacionales que además tendrán un vasto campo de trabajo”.
La conferencia: Contexto histórico del conflicto.
El experto hizo un completo resumen del contexto histórico de Colombia previo al proceso de paz. “Hasta finales del siglo XX se tuvo un sistema político tradicional en donde el poder pasaba de Conservadores a Liberales, cosa que en la mayoría de los países de América Latina dejó de ocurrir en el siglo XIX. Esto se refleja en una gran concentración de la riqueza, desigualdad y un territorio que no está completamente controlado”, enfatizó.
En cuanto a la Guerrilla propiamente tal, se refirió a los 4 grupos armados que fueron oposición a los gobiernos establecidos. “En primer lugar las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), que comienzan en los años ’40. Ellos lograron controlar gran parte del territorio colombiano y sobre el que actuaban con las mismas cualidades de un Estado. También fueron importantes el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular del Pueblo (EPL) y el M-19, quienes hoy y hace 25 años depusieron las armas e ingresaron al mundo político”, destacó Gaspar.
En los años 80, en medio de la Guerra Fría, irrumpe el narcotráfico, a través de los carteles de Medellín (Pablo Escobar Gaviria) y Cali (los hermanos Orejuela), quienes se diferenciaron porque Escobar disputó el poder con el Estado y en el caso del Cartel de Cali, prefirió una estrategia interior corrompiendo el Estado desde su estructura. Finalmente, y luego del enorme daño causado por la ofensiva contra el Narcotráfico con ayuda de Estados Unidos a través de la Drug Enforcement Administration (DEA), se eliminó del camino a los dos carteles.
Los años duros del narcotráfico y la corrupción en el financiamiento de partidos políticos por los propios narcos, provocó que las simpatías hacia las FARC crecieran y en el corto tiempo el triunfo de ellas contra el Ejército Colombiano en el sur del país se hizo realidad.
“La Reacción del Estado fue el Plan Colombia en donde nuevamente se recibe el apoyo de EE.UU. Esto da pie a las Autodefensas en contra de las FARC, los que finalmente se transforman en Paramilitares, que rápidamente se convierten en delincuencia, rapto y asesinatos preferentemente de la base social de las FARC y no con su Ejército porque ahí no lograron mayores victorias”.
Al término de la Guerra, se cuenta con 5 millones de desplazados, las FARC vuelven a la selva y se vienen los acuerdos. “El gobierno colombiano se da cuenta que puede ganar la guerra, pero en 15 años más y eso no podía suceder, menos en un momento de bonanza económica para Colombia, por lo que decide negociar”.
Proceso de Paz en Colombia y el papel de Chile
Los primeros acercamientos son encuentros furtivos entre las partes, pero a medida que se van encontrando los puntos de inflexión, estos comienzan a transformarse en públicos, de hecho son recordados las reuniones en La Habana, Cuba.
El papel de Chile fue el de mediador, sobreponiendo el interés regional por sobre los individuales. “Chile ha tratado de evitar la violencia,” dijo Gaspar. En cuanto al futuro del Proceso de Paz, el diplomático expresó que es incierto, pero que cree se irán respetando los puntos de la agenda. “El mayor problema que hubo desde el principio fue que todos querían la paz, pero también todos tienen una forma diferente de entender la paz. Unos querían que las FARC entregaran las armas y se enjuiciara a sus líderes y los guerrilleros buscaban la mejor forma de reinsertarse en la sociedad. Por eso es que algunos no aceptaron el acuerdo, hay que recordar que cuando se intentó legitimarlo la ciudadanía votó en contra en la consulta, y hoy podemos verlos actuando en otro país como en el caso de los asesinatos a los periodistas en Ecuador”.
Un futuro incierto
El Proceso de Paz en Colombia para Chile es muy importante por varios puntos. “Primero, por el Capital Diplomático de Chile, sobre todo porque a veces se muestra a un Chile aislado. Segundo, la paz en la región no solo ayuda a los colombianos, a mayor paz, mayor democracia y a mayor democracia, mayor Estado, más institucionalidad y menos delito y al mismo tiempo permite traducir un horizonte de Chile que es su prioridad latinoamericana. No solo hay que ordenar la casa, sino también hay que ayudar a ordenar el barrio”, sostuvo el diplomático.
Gabriel Gaspar, exteriorizó que las entidades internacionales no están funcionando. “Hay un excesivo ideologismo en el manejo de las relaciones internacionales y eso no es bueno. La experiencia indica que cuando los organismos internacionales no funcionan, como en estos casos de Colombia y Venezuela es la CELAC, la OEA y UNASUR, si podría haber espacios para iniciativas más ágiles, como fue el caso del Grupo Contadora que ayudó a poner fin a la guerra en Centroamérica”.
Además el diplomático declaró que Venezuela le recuerda Siria, indicando que “un deterioro al gobierno de Maduro y un fracaso en el Proceso de Paz en Colombia desestabiliza a América del Sur. En ese sentido, lo que le conviene a Chile es tener un mayor equilibrio en la región. Venezuela con problemas significa un precio del petróleo más alto, lo que traería consecuencias enormes para nuestra economía, pero además se agravaría el tema migratorio, porque una guerra civil en Venezuela y el fracaso del acuerdo en Colombia generará desplazamiento de personas”.