El académico de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Fernando Pairican, analizó lo ocurrido este domingo 4 de julio, en relación a la elección de la también académica FAHU Dra. Elisa Loncon como presidenta de la convención, en The Clinic.
Junto a la Bióloga en Gestión de Recursos Naturales, María Cristina Ñancucheo, compartieron esta columna, donde señalaron el inicio de este día histórico:
“A partir de las 7 de la mañana del 4 de julio se fueron reuniendo los constituyentes mapuches, sus equipos y quienes les acompañaron para este momento histórico. Algunas delegaciones viajaron desde diferentes puntos de Wallmapu, otras y otros desde las poblaciones en la Región Metropolitana, en donde vive un sector importante de nuestro pueblo en Santiago. El lugar de encuentro fue el cerro Welen o Santa Lucía, espacio en el que nuestros antepasados, a lo largo del siglo XX, se reunieron para descansar, esperar por algún trabajo, enamorarse y acompañarse hasta el momento de tomar el tren o los buses que los llevaran de regreso al país Mapuche.”
“Desde mediados del siglo XX, este cerro anclado en el centro de la capital, ha sido resignificado de manera política por el pueblo mapuche. Aburto Panguilef, dirigente de la Federación Araucana y escritor empedernido, en sus viajes a Santiago desarrollaba ceremonias para recordar a los antepasados en la década del 40. A veces solo y otras acompañado. Décadas después, hacia los 80, la organización Ad Mapu puso mayor énfasis en apropiarse de manera político-cultural, primero repudiando el 12 de octubre como fecha triunfalista y luego como un lugar en que concluía la manifestación iniciada desde la Plaza Italia/Dignidad. En las faldas del cerro se daban los discursos políticos de las dirigencias de Wallmapu y la piedra que contiene las palabras de Pedro de Valdivia era pintada con rojo.”
“El pueblo aymara y q’chua, de la diáspora, también hizo uso de este cerro como lugar de encuentro. Además de la fecha del 12 de octubre, el cerro Welen como ejercicio de auto afirmación identitaria y de acción política también fue usado por estas naciones en un sentido indianista, la ideología reflexionada desde Bolivia por el pensador amauta Fausto Reinaga. Era recurrente que los dirigentes aymara invitasen a mapuche a sus actividades; en alguna de esas ocasiones, las hermanas Quintreman, que señalaban sus puntos divergentes y críticos a la construcción de la represa hidroeléctrica Ralco, megaproyecto que finalmente inundó una parte de las tierras pewenche y puso en crisis la misma Ley Indígena promulgada en 1993, dieron sus conferencias en este simbólico cerro. Quien fuese Director de CONADI de ese entonces, Domingo Namuncura, escribió luego un desgarrador libro: “Ralco: ¿represa o pobreza?”, en el que detallaba las formas en que se vulneraron las normativas, se cambiaron los acuerdos y finalmente se construyó la represa sin el consentimiento y vulnerándose la misma resolución firmada por los Consejeros de CONADI. La Ley Indígena, una promesa del Acuerdo de Nueva Imperial de 1989, fue dinamitada por el mismo gobierno de la Concertación, generando la radicalizando las posiciones políticas de los mapuches.”
“Pero otra historia se fraguaba de una manera no oficial: la historia de la autoidentidad. La presidenta de la Convención Constituyente, Elisa Loncon, escribió en “Pelquitun”, un diario de los estudiantes universitarios en Temuco de 1983: “La historia de la humanidad, a través de siglos, ha ayudado a responder a las interrogantes que el hombre plantea, preguntas como: ¿quién es? ¿de dónde viene? ¿por qué es la lucha agitada que continuamente se realiza?” y responde: “aunque las generaciones pasen, las huellas quedan y cada cual tiene un sistema de darlo a conocer respondiendo a la particularidad de su cultura, es así como muchos pueblos mediante escritos atestiguan parte de su pasado”.
“Esa memoria acompaña este proceso histórico, cuando a las 7:20 de ayer domingo comenzaron a encenderse fuegos, a sonar las trutrucas, pifilcas y cascawillas en el cerro Welen. El mismo que urbanizó el Intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, quien en 1868 escribió: “¿Qué es la cuestión de Arauco? Para mí no es, señor, sino un gran fantasma, fantasma sangriento, que se pasea durante tres siglos en nuestra historia, engañando a todas las generaciones como una ilusión óptica”.
Puedes revisar la columna completa, aquí: bit.ly/36oxNve